Cinco años después de su lanzamiento, la sonda Juno de la NASA consiguió ponerse el martes en órbita alrededor de Júpiter en busca de desentrañar los misterios del planeta más grande del sistema solar, escondidos bajo una espesa capa nubosa.

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La sonda de casi cuatro toneladas, impulsada por energía solar, efectuó una serie de 37 sobrevuelos alrededor de Júpiter, la mayor parte entre 10.000 y 4.667 kilómetros sobre la espesa capa nubosa, durante una misión científica de 18 meses.

Los sobrevuelos de Juno serán mucho más próximos al planeta gigante que el precedente récord de 43.000 kilómetros establecido por la sonda estadounidense Pioneer 11 en 1974.

Fue el lunes a las 23:18 hora de Chile, cuando Juno –que avanzaba a 64 km por segundo–, encendió su motor principal durante 35 minutos para frenar su trayecto de manera de ser capturado por la gravedad de Júpiter y colocarse en una órbita polar de 53,5 días.

Dada la distancia entre Júpiter y la Tierra, unos 869 millones de kilómetros, la señal de radio de confirmación del encendido del motor llegó a los controladores pasada las 00:00 horas del martes en Chile.

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Después de las dos primeras vueltas de 53,5 días, Juno se colocará a partir de octubre en una órbita de 14 días que le hará pasar sucesivamente cerca de los dos polos.

Durante sus sobrevuelos, los instrumentos de la sonda penetrarán la espesa capa de nubes para estudiar las gigantescas auroras boreales, su atmósfera y su magnetósfera.

“Juno se acercará a Júpiter a una distancia sin precedentes para desentrañar sus misterios”, destacó la responsable del programa de la NASA, Diane Brown.

Uno de los objetivos principales de la misión será comprender mejor de qué se compone el interior, hasta ahora inobservable, del planeta gigante.