Entre 2012 y 2015, 750 menores de 14 años han debido ser hospitalizados por cálcuos renales y si se incluyen los jóvenes de hasta 19 años, la cifra aumenta a 1.907 hospitalizaciones por litiasis urinaria, que incluye los cálculos de riñón y uréter, los de vías urinarias y el cólico renal no especificado, según el Ministerio de Salud (Minsal).

Pero, ¿por qué hay cada vez más niños con problemas renales en Chile? Al parecer el estilo de vida moderno, no sólo impacta negativamente en la obesidad, diabetes e hipertensión, sino que también incrementa los casos en lactantes, niños y adolescentes.

Renato Gana, urólogo infantil de Clínica Las Condes, explica que hace diez años era muy poco frecuente ver niños con cálculos renales, pero hoy deben operarlos varias veces en el año. Aunque no hay cifras exactas en Chile, los especilistas aseguran que hay un subdiagnóstico y que los casos que requieren hospitalización, son sólo un porcentaje pequeño, consignó el periódico La Tercera.

Pixabay (CC0)
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Andrea Lazcano, nefróloga infantil de Clínica Alemana explica que esta patología afecta a los más pequeños, básicamente por los cambios en el patrón de alimentación, ya que los casos en lactantes y niños se asocian a la vida moderna y es algo que ocurre más en los países desarrollados, donde el consumo de frutas y verduras es bajo y alto el de alimentos procesados.

“Afecta a niños de todas las edades”, dijo Lazcano. Según Minsal, entre el año 2012 y el 2015, 29 menores de un año fueron hospitalizados por esta causa.

¿Cuáles son las causas?

Renato Gana dice que son varias las razones para este incremento, pero la primera es la dieta. “Los riñones de lactantes y niños de hasta tres años son inmaduros, por lo que el exceso de proteínas y sal los daña”, adviertió.

Por lo mismo, la primera línea de prevención, insiste Lazcano, es la alimentación. Los niños deben tomar agua, no jugos ni bebidas, ni té y no exagerar el consumo de productos lácteos y carnes más allá de lo recomendado para la edad.

Luego, está el caso de los prematuros. Los niños que nacen de muy pocas semanas y que antes no sobrevivían, hoy tienen esa posibilidad. Por su bajo peso y para tratar sus problemas pulmonares “ellos reciben diuréticos y esto puede aumentar el riesgo de cálculos renales durante su infancia”, explicó el especilista.

Incluso, en estos menores, los problemas renales se pueden presentar antes del año de vida.

Wayne Evans (CC0)
Wayne Evans (CC0)

Actualmente, se cuenta con exámenes más precisos (ecografía, escáner y pielotac) que ayudan y aumentan el diagnóstico, aunque todavía el porcentaje de incremento es bajo y no influye mucho en el total de casos.

Por último, están los niños que tienen algún problema de malformación congénita o alteración metabólica que provoca un mayor riesgo de hacer cálculos, pero son los menos.

Poner atención a los síntomas

Respecto de los síntomas, Andrea Lazcano indica que en los niños más pequeños que no pueden hablar, los síntomas son también más inespecíficos, ya que pueden presentar dolor abdominal, sangre en la orina e irritabilidad.

En cuanto a los niños más grandes, pueden presentar molestias similares a la de los adultos y las expresan: dolor al orinar, sangre en la orina, fiebre, dolor abdominal y en la parte baja de la espalda.

Britt-knee|Facebook
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Un cálculo que no se trata a tiempo puede tener consecuencias, advierte Gana. “Al igual que en los adultos, si el cálculo tapa el uréter o el riñón es urgencia porque la orina retenida causa infección y una pionefrosis”, señala el urólogo de Clínica Las Condes. Personalmente, añade, ha tenido que extirpar riñones a causa de esta infección. El cálculo más grande que ha debido tratar con cirugía fue una piedra de 4 o 5 centímetros que en un menor ocupaba todo el espacio del riñón.

En general, los cálculos mayores de 4 mm pasan con dificultad hacia la vía urinaria y por lo tanto se debe intervenir. En ese sentido, Lazcano indica que es importante indagar en los antecedentes familiares de los niños, porque si padres o abuelos han tenido cálculos, la probabilidad de los niños de hacer litiasis es también mayor.

Una vez que se confirma el diagnóstico, dice la nefróloga, es importante rescatar la piedra, analizar sus componentes y realizar estudios metabólicos para establecer por qué se producen y tomar las medidas adecuadas para evitarlo.