Sin duda 2015 fue un año donde la jerarquía de la iglesia católica se vio remecida por las polémicas, destacando la designación de Juan Barros como obispo de Osorno, la querella de las tres víctimas de Fernando Karadima -James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz- contra el Arzobispado de Santiago y la filtración de correos de los cardenales Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz.

Juan Carlos Cruz, víctima de Fernando Karadima, indicó que 2015 fue el año de la organización de los laicos que se empoderaron y que, para él, transformarán la iglesia desde adentro.

Respecto a Juan Barros, Cruz aseveró que la situación en Osorno se hace insostenible, decretando que en 2016 será el año en que el obispo local debe dejar la diócesis de Osorno.

Cruz ha realizado viajes por Chile para conversar y reunirse con movimientos de laicos y, hasta el momento, ya existen grupos en Osorno, Talca y San Antonio.