“Hulk humano” revela cómo casi pierde sus brazos por inyectarse aceite que aumentaba sus músculos

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Un joven brasileño, bautizado como “el Hulk humano”, estuvo a punto de perder sus dos brazos luego de inyectarse una peligrosa sustancia que aumentaba de forma notable los músculos de sus brazos.

Se trata del caso de Romario Dos Santos Alves, quien a sus 25 años develó la historia que le ocurrió hace dos años, en la que abusó de un aceite efectivo para generar masa corporal, pero peligroso para quien lo ocupa: el Synthol.

En entrevista con el diario británico Daily Mail, Dos Santos detalló que todo partió hace tres años, cuando trabajaba como guardaespaldas, acudiendo por ello al gimnasio constantemente. Fue ahí que al deslumbrarse por otros con grandes bíceps, intentó imitarles, recibiendo como consejo el uso de la sustancia que daba un efecto rápido.

“Vi a algunos compañeros en el gimnasio con unos brazo enormes y empecé a entablar amistad con ellos. Al poco tiempo, me hablaron del Synthol”, afirmó. Al poco tiempo sus brazos pasaron a medir unos 64 centímetros, ganándose el apodo de Hulk.

Al ver los rápidos resultados, se hizo adicto a las inyecciones las que le significaban músculos cada vez más grandes. “Si lo tomas una vez, te aseguro que habrá una segunda”, agregó.

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Fue así como al tiempo el Synthol se solidificó en sus brazos, creando verdaderas piedras internas. Ante ello, decidió acudir a un especialista, para corregir el problema ya avanzado.

“Cuando vio lo que me sucedía, el médico me dijo que tendrían que amputarme los dos brazos. Mis músculos empezaron a solidificarse hasta tal punto que no podía inyectarme nada en los brazos. Eran como rocas. Me tuve que comprar agujas especiales usadas en toros para poder seguir inyectándome Synthol”, relató.

Afortunadamente, el brasileño encontró una segunda solución de parte de los médicos: retirar los cristales de Synthol de los brazos, evitando la perdida de sus extremidades.

En la misma entrevista, Dos Santos no sólo cuenta que lo físico fue afectado, puesto que también lo emocional, al intentar atentar contra su vida cuando su mujer estaba embarazada de seis meses.

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“Quiero que otras personas vean los peligros, podría haber muerto, y todo porque quería músculos más grandes. Simplemente no vale la pena”, reconoció en su mea culpa.

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Un joven brasileño, bautizado como “el Hulk humano”, estuvo a punto de perder sus dos brazos luego de inyectarse una peligrosa sustancia que aumentaba de forma notable los músculos de sus brazos.

Se trata del caso de Romario Dos Santos Alves, quien a sus 25 años develó la historia que le ocurrió hace dos años, en la que abusó de un aceite efectivo para generar masa corporal, pero peligroso para quien lo ocupa: el Synthol.

En entrevista con el diario británico Daily Mail, Dos Santos detalló que todo partió hace tres años, cuando trabajaba como guardaespaldas, acudiendo por ello al gimnasio constantemente. Fue ahí que al deslumbrarse por otros con grandes bíceps, intentó imitarles, recibiendo como consejo el uso de la sustancia que daba un efecto rápido.

“Vi a algunos compañeros en el gimnasio con unos brazo enormes y empecé a entablar amistad con ellos. Al poco tiempo, me hablaron del Synthol”, afirmó. Al poco tiempo sus brazos pasaron a medir unos 64 centímetros, ganándose el apodo de Hulk.

Al ver los rápidos resultados, se hizo adicto a las inyecciones las que le significaban músculos cada vez más grandes. “Si lo tomas una vez, te aseguro que habrá una segunda”, agregó.

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Fue así como al tiempo el Synthol se solidificó en sus brazos, creando verdaderas piedras internas. Ante ello, decidió acudir a un especialista, para corregir el problema ya avanzado.

“Cuando vio lo que me sucedía, el médico me dijo que tendrían que amputarme los dos brazos. Mis músculos empezaron a solidificarse hasta tal punto que no podía inyectarme nada en los brazos. Eran como rocas. Me tuve que comprar agujas especiales usadas en toros para poder seguir inyectándome Synthol”, relató.

Afortunadamente, el brasileño encontró una segunda solución de parte de los médicos: retirar los cristales de Synthol de los brazos, evitando la perdida de sus extremidades.

En la misma entrevista, Dos Santos no sólo cuenta que lo físico fue afectado, puesto que también lo emocional, al intentar atentar contra su vida cuando su mujer estaba embarazada de seis meses.

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“Quiero que otras personas vean los peligros, podría haber muerto, y todo porque quería músculos más grandes. Simplemente no vale la pena”, reconoció en su mea culpa.