A sus cortos 9 años, Lily Born estaba muy consciente de lo mucho que sufría su abuelo con la enfermedad de Parkinson, padecimiento que muchas veces le impedía llevar actividades tan cotidianas como beber una taza con agua. Es por esto que ella misma tomó cartas en el asunto, y creó un recipiente que no se vuelca, facilitándole la tarea a su querido “tata”.

Según consignó ABC.es, la primera versión la creó ella misma en cerámica, sin embargo, resultó ser frágil por el material en que estaba confeccionada. Su creación se llamó “Kangaroo cup” (taza canguro), y consta de un recipiente que se sostiene a través de tres “patas”, impidiendo que pueda volcarse.

Sin embargo no se quedó ahí: a través de Kickstarter y una campaña de publicidad colgada en Indiegogo, Born consiguió ayuda no sólo monetaria, sino que también de diseñadores y vendedores, lanzándose a la producción industrial del modelo de la taza, la que puede ser comprada a tan sólo 10 dólares.

Tanto ha sido el éxito de este nuevo objeto que Lily llegó hasta JingDeZhen, la capital china de la cerámica, donde buscan una empresa que pueda producir las tazas, Mientras continúan recaudando dinero para iniciar su producción de “Kangaroo Cup” hechas de un plástico más resistente.

Lily y su abuelo en Facebook
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Kangaroo Cup en Facebook
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