El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, estimó este miércoles que no existen razones para aplicar los instrumentos regionales de restitución democrática en Venezuela, sacudida por violentas protestas.

“No hay razón para aplicar ninguno de los instrumentos de la OEA relativos a la parte de quiebre de la democracia”, dijo Insulza citando artículos de la Carta Democrática Interamericana durante una charla en el Center for Strategic and International Studies en Washington.

Aunque resaltó que existen problemas como la falta de independencia del poder judicial y restricciones a la libertad de expresión, la cabeza del organismo americano afirmó que no observa que ha habido “una destrucción clara y masiva de la democracia en Venezuela”.

La situación en Venezuela, donde un mes de violentas protestas han dejado 18 muertos, 260 heridos y decenas de denuncias de violaciones de los derechos humanos, será discutida este jueves en una reunión privada del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos.

La sesión, solicitada por Panamá y cerrada a la prensa, se centrará en una propuesta del país centroamericano de llamar a una consulta de cancilleres que evalúe el caso venezolano.

Pero no se trata de una cita para aplicar la Carta Democrática Interamericana, que faculta a la OEA o uno de sus miembros iniciar discusiones para analizar una situación de ruptura del orden democrático en algún país de la región, aclaró Insulza.

El secretario general dio la bienvenida a la reunión, aunque expresó sus reparos por la demora y el carácter privado de la cita.

“La situación hoy es mucho más seria que hace dos semanas”, dijo Insulza en la conversación, exclusivamente dedicada al tema venezolano.

Pero el jefe de la OEA expresó sus dudas de que se llegue a convocar la reunión de cancilleres y afirmó que lo más probable es que en el encuentro del jueves se reiteren los llamados al diálogo y el fin de la violencia en Venezuela.

Sin embargo, resaltó que apoyaría el envío de una misión de la OEA para investigar los hechos e intentar acercar al gobierno y la oposición a un diálogo.

“Creo que una misión sería útil si ambas partes se ponen de acuerdo”, señaló. Pero “estamos muy lejos de eso”, añadió.