El expresidente sudafricano Nelson Mandela, de 94 años, empezó este miércoles su quinto día en un hospital de Pretoria, donde es atendido por una infección pulmonar “muy grave”, sin que mejore su estado de salud.

“Todavía no tuve noticias, el boletín del martes sigue vigente”, dijo el miércoles por la mañana a la AFP el portavoz de la presidencia Mac Maharaj.

El martes, el presidente sudafricano Jacob Zuma, había dicho que el estado del padre de la Sudáfrica moderna era estable.

“Lamentamos todos que nuestro presidente, el real padre de la democracia en Sudáfrica, esté en el hospital”, dijo Zuma a la televisión pública SABC.

“Le queremos con nosotros”, dijo Zuma. “Y estoy seguro de que, conociéndole como le conozco, es un gran luchador y estará con nosotros muy pronto”, agregó.

“Aunque [su estado] es muy grave se ha estabilizado y todos rezamos para que se recupere rápidamente”, dijo.

Los familiares de Mandela visitaron el Mediclinic Heart Hospital en Pretoria para estar a su lado.

La seguridad fue reforzada alrededor del centro privado, donde una docena de policías armados registraban vehículos y personas, ante una importante presencia de prensa.

Un oficial de la policía dijo que “protegían a los miembros de la familia que vienen a visitarlo”.

Las hijas de Mandela Makaziwe y Zindzi, así como su primera esposa Winnie Madikizela-Mandela, visitaron el hospital el martes por la tarde.

Su actual esposa, Graça Machel, canceló un viaje a Londres la semana pasada para permanecer a su lado.

El símbolo de una Sudáfrica unida

El martes se cumplieron 49 años de la condena de Mandela en 1964 por conspirar para deponer el gobierno racista del apartheid. Un día después fue condenado a cadena perpetua en la isla-prisión de Robben Island, frente a las costas de Ciudad del Cabo antes de ser trasladado a la cárcel de Pollsmoor, en Ciudad del Cabo, donde contrajo tuberculosis.

Durante sus 27 años de cárcel Mandela se convirtió en un icono en la lucha contra el apartheid.

Los sudafricanos viven este nuevo problema de salud de Mandela con la resignación de saber de que el final de su héroe, el primer líder negro del país tras las primeras elecciones democráticas de 1994, puede estar cerca.

Mandela ha tenido problemas pulmonares recurrentes desde que se le diagnosticó tuberculosis en 1988. Esta el la cuarta hospitalización desde diciembre.

Hace dos meses, el ganador del Premio Nobel de la Paz, que cumplirá 95 años el próximo mes, recibió el alta tras ser tratado por una neumonía.

En diciembre le retiraron cálculos biliares tras recuperarse de una infección pulmonar. En marzo volvió de nuevo al hospital para someterse a un chequeo antes de ser internado a finales de ese mes durante diez días.

“La neumonía es una enfermedad que mata”, dijo Keertan Dheda, jefa de enfermedades pulmonares de la Universidad del Cabo.

“En el caso de Mandela, además de su edad, sabemos que ha tenido tuberculosis y que puede debilitarle las defensas de los pulmones y hacerlo más vulnerable a las infecciones”, añadió Dheda.

A finales de abril, el presidente Zuma y los principales jerarcas del partido en el poder, el Congreso Nacional Africano (ANC), fueron fotografiados con un Mandela que parecía extremadamente debilitado en su hogar de Johannesburgo.

No tardaron en llegar las críticas por esta foto al considerar que el dividido partido buscaba réditos políticos y aprovecharse del prestigio del héroe sudafricano.

La última vez que Mandela apareció en un acto público fue en la final de la Copa Mundial de Fútbol en Sudáfrica, en julio de 2010.