Cuando en Chile el reloj marcaba las 19:00 horas del sábado 3 de marzo, en Rusia, en el sector en que limita con Estados Unidos era el amanecer del domingo 4, abriéndose las mesas de votación para las más decisivas elecciones presidenciales rusas, desde la desintegración de la URSS.

Son casi 110 millones de electores que mostraron su percepción de la realidad, y cual es el camino que prefieren para un futuro en que Rusia aparece asediada por amenazas y peligros.

Sin embargo, existe un detalle curioso. La prensa de occidente, durante enero y febrero habló sin para de la política rusa, apuntando generalmente, en contra de la más grande figura política de la Rusia del presente: Putin. En cambio, desde marzo, hubo un notorio silencio.

Pero en realidad, el suspenso de la elección no es sobre quien va a salir vencedor en la elección. Hasta Hillary Clinton comprendió que el vencedor será Putin, pero el hecho de como será la victoria y como se distribuirá el resto de la votación. Según dichos resultados, se verá si se reemplaza un amplio pensamiento estratégico de Rusia, que va desde enfrentar la ‘furia’ de Estados Unidos y sus socios respecto de Irán y Siria; hasta el diseño de un mundo multipolar que se base en un consenso pragmático de las nuevas potencias mundiales.

Respecto a ese ‘nuevo grupo’, existe uno integrado por los estados de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que con sus asociados menores reúnen a más de la mitad de los habitantes del mundo.

Por ello, el triunfo de Putin es correspondiente con la evolución política de los demás estados de aquel grupo, que ya amenaza abiertamente los ‘ataques’ de Estados Unidos, la Unión Europea y los ‘Reyes Petroleros’.

Escucha la crónica producida y dirigida por Ruperto Concha.