A esta altura, la educación sexual (definiéndose como el aprendizaje sobre las diferencias en la respuesta sexual de hombres y mujeres, su fisiología y anatomía del placer), resulta fundamental.
La disfunción sexual se entiende como la dificultad o alteración en la función sexual de una persona (hombres y/o mujeres). Esta problemática interfiere con la capacidad para experimentar satisfacción en las relaciones sexuales, afectando así la salud integral y la autoestima del individuo, así como también su relación de pareja.
Es menester detallar que para hablar de una disfunción sexual es necesaria la presencia de este problema en el paciente de forma repetitiva y por un periodo mayor a los 6 meses.
Odette Freundlich, kinesióloga especialista en sexualidad y directora del Centro Miintimidad, explicó a BioBioChile cuáles son las disfunciones sexuales más comunes en hombres:
1. Falta de control eyaculatorio, conocida también como eyaculación precoz.
2. Eyaculación retardada.
3. Aneyaculación.
4. Falta o disminución del interés o deseo sexual.
5. Dificultad para lograr y/o mantener la erección, conocida también como disfunción eréctil.
“Afortunadamente la población masculina, se está atreviendo a pedir ayuda, buscando una solución adecuada para tratar sus dificultades en el ámbito de la sexualidad. Esto es algo que hace unos años era poco frecuente, puesto que asistir a terapia era mal visto, por los prejuicios asociados a ella”, detalla Freundlich.
¿Cómo identificar una disfunción sexual en hombres?
La especialista en sexualidad describe cada una de las patologías sexuales previamente señaladas e impulsa a los pacientes hombres a derribar estigmas, miedos e inseguridades respecto a la sexualidad.
“La escuela del porno es una de las grandes culpables de esto, ya que muestra en su mayoría encuentros coitocéntricos, en donde el personaje masculino o persona con pene, debiera tener un determinado tamaño de pene, con una erección máxima y manteniendo el control de la eyaculación por largos períodos, hasta que su pareja logre conseguir un orgasmo coital”, asevera Odette.
Es por ello que la profesional explica que se genera una respuesta basada en el “el terror a no rendir”, a no poder controlar la eyaculación, lograr una erección, mantenerla ni satisfacer a la pareja.
Freundlich define las disfunciones sexuales más comunes en hombres de la siguiente manera:
Eyaculación precoz: “La eyaculación ocurre antes de lo deseado y aproximadamente en el minuto siguiente a la penetración. Esta situación produce frustración, inseguridad, ansiedad y muchos hombres evitan los encuentros sexuales para no pasar vergüenza”.
Eyaculación retardada: “Existe demora o retraso en producirse la eyaculación. La persona desea eyacular, pero la sensación ‘excitatoria’ no es la suficiente, para producir la eyaculación. Esta situación genera angustia, pues muchas veces se culpan por no ser lo suficientemente atractivas/os o estimulantes para su pareja”.
Aneyaculación: “No se logra la eyaculación con el coito, pero sí con la masturbación”.
Falta o disminución del interés o deseo sexual: “Generalmente hay disminución de las fantasías o pensamientos sexuales o eróticos, reducción de la disposición a tener encuentros sexuales, de forma constante o recurrente”.
Disfunción erectil: “Dificultad para lograr una erección o para mantenerla hasta finalizar la actividad sexual, además de presentar una disminución en la turgencia o dureza de la erección. La disfunción eréctil genera ansiedad o estrés de ejecución. Por lo general los hombres sienten que están frente a un examen en donde serán evaluados por su ‘rendimiento’, lo cual impide el disfrute y genera mucha tensión, ansiedad y frustración”.
Odette enfatiza en que no se necesita estar en pareja para iniciar un tratamiento para solucionar algún tipo de disfunción sexual (ya sea en hombres o mujeres). La profesional detalla que mientras antes se consulte, más rápido se podrá lograr una vida sexual feliz y placentera.
