Las disfunciones sexuales femeninas presentan síntomas como deseo sexual disminuido o dolor en la intimidad, entre otros.

Cuando se habla de disfunción sexual, suele asociarse con la impotencia masculina, pero la verdad es que hay distintas afecciones sexuales y que no sólo afectan a los hombres.

Las disfunciones sexuales, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, son la dificultad o imposibilidad de un individuo de participar en las relaciones sexuales tal como lo desea.

Son problemas en la respuesta sexual humana: deseo, excitación, orgasmo y resolución, que impiden el desarrollo de una vida erótica plena, afectando la salud integral y la autoestima de las mujeres, así como su relación de pareja.

Para considerarse disfunciones sexuales, estas deben darse en forma repetitiva y por un periodo no menor de 6 meses. Mientras que si estos síntomas aparecen en forma aislada y momentánea, no hay que asustarse, ya que se podría deber a otros factores tales como: estrés, depresión, ansiedad, dificultades en la pareja, etc.

Síntomas de disfunción sexual femenina

Con 28 años de ejercicio profesional en el área de la sexualidad, Odette Freundlich directora del centro Miintimidad, explicó cuáles son los signos y síntomas que indicarían que estás padeciendo una disfunción sexual:

1. Deseo sexual disminuido:

Interés o deseo reducido o ausente en la actividad sexual, disminución/ausencia de fantasías o pensamientos eróticos y falta de receptividad a los intentos de tu pareja por iniciar actividad sexual.

2. Dificultad en la excitación sexual

Podrías presentar dificultad para excitarte en respuesta a cualquier invitación sexual o al exponerte a material erótico, ya sea escrito, verbal o visual.

Disminución en las sensaciones genitales como lubricación, cosquilleo, etc. o en las sensaciones no genitales, tales como: aumento del ritmo cardíaco, de la frecuencia respiratoria, rubor, sudoración, etc.

3. Dificultad para experimentar orgasmo o para tener satisfacción sexual

Los síntomas más frecuentes son retraso, ausencia o reducción de la intensidad del orgasmo.

“La anorgasmia puede ser primaria, es decir, que nunca has experimentado un orgasmo, secundaria, la cual podría generarse después de algún evento específico, por ejemplo: un problema de pareja, uso de algún medicamento, después de una cirugía o una alteración neuropática, etc. Es generalizada cuando se presenta en todas las ocasiones; y anorgasmia situacional, cuando no logras experimentar orgasmo en situaciones puntuales”, indicó Odette Freundlich.

En tanto, las causas de esta disfunción sexual pueden ser orgánicas, por temas vasculares, hormonales, enfermedades neurológicas, medicamentosas, disfunción de los músculos del suelo pelviano, etc., o psicológicas, relacionales, entre otras.

4. Dolor en las relaciones sexuales

La dispareunia se define como el dolor en las relaciones sexuales, el cual puede ocurrir al inicio, durante la penetración, o después de la actividad sexual.

La kinesióloga especialista en sexualidad aclara que nunca debiera haber dolor en los encuentros sexuales, si esto ocurre, recomienda consultar inmediatamente a un profesional experto para determinar la causa de este y ofrecer un tratamiento personalizado.

5. Imposibilidad o dificultad para lograr la penetración vaginal

Odette Freunlich, quien ha tratado a más de tres mil mujeres con vaginismo, explicó que se produce una contracción involuntaria de los músculos del tercio externo de la vagina, de los músculos, los glúteos o el abdomen, frente al intento de penetración vaginal, ya sea de un dedo, espéculo, tampón, examen ginecológico o pene.

“Este problema puede tener muchas causas y una de ellas es el miedo al dolor, que tiene un factor emocional y se manifiesta en forma física en el cuerpo, respondiendo con un mecanismo defensivo o reactivo, cerrando la vagina en forma involuntaria”. Afirma la autora de “El Secreto Peor Guardado” libro que aborda esta disfunción sexual, aún muy invisibilizada en el mundo.

La importancia de consultar con un profesional de la salud

Freundlich recomienda consultar con un equipo profesional experto en sexualidad, para determinar la causa de la disfunción y ofrecer un tratamiento personalizado y adecuado para cada persona.

“Según estudios realizados por centro Miintimidad, las mujeres demoran hasta 5 años en consultar, pues no saben qué problema sexual es el que las aqueja, no tienen claro dónde pedir ayuda y muchas piensan que el tiempo lo solucionará”, señaló la especialista en sexualidad.

¿Cómo es el tratamiento? En una primera instancia se hace una minuciosa evaluación de la historia sexual, aspectos médicos, sociales, familiares, relacionales, educativos y religiosos, creencias, prácticas sexuales, etc., además de un examen físico y una evaluación psicosexológica, con los profesionales correspondientes, de manera de tener un diagnóstico certero y así planificar una pauta de tratamiento.

Odette mencionó que si bien existen muchas corrientes para abordar estas terapias, lo más importante, es que el tratamiento cuente siempre con una mirada multidisciplinaria, que ojalá incluya a ginecólogo/a, urólogo/a, kinesióloga experta en sexualidad y sexólogo/a.

Diversos profesionales de la salud apuntan que es un gran error esperar para pedir ayuda, pues en general, todas las disfunciones sexuales, se pueden tratar y mientras antes se consulte, menor será el período de sufrimiento individual y/o en pareja.