Mark Henderson (46) es técnico de una compañía denominada IT en la ciudad de Blackpool (Inglaterra). En los últimos días decidió contar su historia, tras hacer una rotunda modificación a su dieta y bajar 82 kilos de peso.
En su peor momento, el hombre llegó a pesar 202 kilos, lo que le provocó diversos problemas familiares, laborales y de salud.
En primer lugar, según relató a The Sun, no podía acompañar a sus hijos en sus partidos de fútbol o leerles un cuento en las noches, ya que por su peso había roto las camas donde ellos dormían.
A eso se sumó que en el trabajo no podía desempeñar bien su labor de técnico, ya que por su porte no cabía debajo de los escritorios, no podía subir escaleras y menos trasladarse a otros sectores de la compañía, ya que tenía problemas para desplazarse.
Junto con eso, explica, en su peor época llegó a utilizar pantalones talla XXXXXL. Durante ese año, además le diagnosticaron una frecuencia cardíaca anormal, apnea del sueño, psoriasis y prediabetes.
Por esos años le indicaron que su alimentación y nula actividad física le “jugaron en contra”. El mismo indicó que llegó a comer un balde familiar de pollo del Kentucky Fried Chicken a la cena.
“Llegué a comer alrededor de 10.000 calorías al día, pero en ese momento no me parecía para nada raro”, especificó.
A lo que agrega: “Siempre me ordenaba una comida de tamaño familiar y me comía dos hamburguesas”.
Fue tras ese diagnóstico que el técnico decidió emprender un cambio rotundo en su estilo de vida. Según el mismo recuerda, por recomendación de un amigo comenzó a leer sobre dietas veganas (ningún alimento que tenga origen animal).
Fue este nuevo estilo de vida, sumado a que comenzó a asistir al gimnasio cuatro veces por semana, lo que permitió bajar de peso de forma progresiva y en un tiempo prudente.
Así logró reducir un total de 82 kilos en el último tiempo. Si bien él aún tiene algunos kilos de sobrepeso, el mismo admite que está contento con su avance.
Henderson explica además que inicialmente adoptó los hábitos veganos como una forma de hacer dieta, pero con el tiempo esto se transformó en una rutina diaria.
“Ya no veo el veganismo como una dieta, es un cambio de estilo de vida para el resto de mi existencia”, admitió.
Por dar un ejemplo, tiempo atrás el desayuno de Mark consistía en huevo de doble salchicha, acompañado con papas fritas, pizza y pollo apanado de KFC.
Ahora tiene una dieta en base a leche de almendras, ensalada de quínoa, estofado de lentejas, bayas y nueces.
A lo que agrega: “Anteriormente, ni siquiera podía sentarme en las camas de mis hijos para leer cuentos para dormir, pero ahora puedo disfrutar de paseos en el parque con ellos y otras actividades como el ciclismo”.
