Víctima de MK-Ultra contó su historia: "La CIA realizó conmigo experimentos de control mental"

La BBC acaba de publicar el testimonio de Lana Ponting, una mujer que en 1958 estuvo recluida en el Allan Memorial Institute, un hospital psiquiátrico de Canadá, donde fue sometida a experimentos del Proyecto MK-Ultra.

“A mis 16 años, la CIA realizó conmigo experimentos sobre control mental”, reveló Ponting en una entrevista con el medio británico. Ahora está demandando a Estados Unidos y Canadá por el daño causado.

Recordemos que, el Proyecto MK-Ultra, es el nombre clave de un programa secreto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU. para experimentar con humanos, que se llevó a cabo entre 1950 y 1973, año en que se terminó oficialmente. Pero no fue hasta 1975 que salió todo a la luz.

Tras las investigaciones, se supo que participaron más de 100 instituciones, entre ellas hospitales, prisiones y escuelas de EE.UU. y Canadá.

Conocido también como el “Programa de control mental de la CIA”, fue creado para intentar desarrollar elementos como un suero de la verdad y píldoras de amnesia, para utilizar en soldados de guerra.

En los experimentos, se administraban drogas a los pacientes, se practicaba hipnosis, electroshock, entre otros procedimientos ilegales y sin consentimiento.

La historia de Lana Ponting en MK-Ultra

Lana Ponting se convirtió en una de las miles de personas sometidas a estos experimentos cuando en abril de 1958, durante su adolescencia, fue ingresada al Allan Memorial Institute.

Ella dice que “era una adolescente normal”, pero en ese momento, un juez la envió al recinto por conducta “desobediente”, luego de que se escapara de su casa para ver a unos amigos.

Allí, Ponting fue obligada a ser parte de experimentos de control mental. La drogaban y le hacían escuchar grabaciones, un experimento al que llamaban “exploraciones”: “Se repetía una y otra vez: eres una chica buena, eres una chica mala”, recuerda.

De acuerdo con la BBC, en sus registros médicos aparece que se le administró LSA, los sedantes amital sódico y óxido nitroso, así como el estimulante desoxina.

El doctor que dirigía estos experimentos era Ewen Cameron, en ese entonces investigador de la Universidad McGill.

Ponting obtuvo registros de Cameron sobre su estadía en el instituto Allan. En uno de ellos, el doctor escribió: “para el 30 de abril, la paciente había tenido exploraciones… se había vuelto bastante tensa y extremadamente violenta cuando se le administró óxido nitroso, lanzándose medio fuera de la cama y comenzando a gritar”.

Ponting estuvo solo un mes allí, no supo de qué se trataba realmente durante mucho tiempo. Fue hace poco que cayó en la cuenta de que fue una de las víctimas y ahora se está tramitando su caso.

Sin embargo, el trauma de esa experiencia la acompañó toda su vida, “me preguntaba por qué pensaba de esta manera o, ya sabes, qué me pasó”, comenta.

“A veces me despierto gritando en la noche por lo que pasó”, señala. “Cada vez que veo una foto de Cameron, me da tanta rabia”.

Ahora, espera encontrar justicia. Desde que se hizo pública la verdadera naturaleza del Proyecto MK-Ultra, decenas de víctimas han sido indemnizadas por EE.UU., aunque el gobierno nunca asumió la responsabilidad de lo orquestado por la CIA.

Otras demandas no han prosperado y también hay otros casos como el de Lana, donde las víctimas tardaron más tiempo en tomar medidas.

“No se trata realmente de devolverles a los pacientes lo que perdieron, porque eso no es posible, sino más bien de asegurarnos de que su sufrimiento no fue en vano, que aprendamos de esto“, concluye.