Antes de morir, el hombre denunció que Boeing puso un gran esfuerzo en remover la calidad de sus procesos. También, acusó que se incentiva la infradetección de errores, algunos de ellos significantes para el correcto funcionamiento de las aeronaves.

El ex director de calidad de la empresa de aviones Boeing, John Barnett, falleció este lunes en lo que, de momento, sería un aparente suicidio. Sin embargo, esta teoría aún no ha sido confirmada por la policía.

El hombre, que al momento de morir tenía 62 años, se encontraba en medio de una demanda contra la empresa, a quienes denunció por poner en riesgo la seguridad de los pasajeros de los aviones, por ejemplo, con el modelo 787 Dreamliner.

La última entrevista de John Barnett

Poco más de un mes antes de morir, el 31 de enero de este año, Barnett dio una entrevista al medio americano TMZ.

La entrevista comienza con el peridista comentando que la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés), había dicho que el avión 737 ya es seguro para volar, y procede a preguntar a Barnett por su opinión al respecto.

El difunto director de calidad comenzó señalando que esto no se trata solo de un problema con los 737, sino de un problema con Boeing en general. Si bien apuntó a que la FAA probablemente hizo las diligencias e inspecciones para asegurar que los tapones de la puertas del 737 estén instaladas apropiadamente —recordar el incidente con el avión de Alaska Airlines donde una de estas se desprendió en pleno vuelo—, sin embargo, aseguró que su preocupación es qué pasa además con el resto del avión.

“Mi razón para esa preocupación es que, en 2012, Boeing empezó a eliminar de sus puestos de trabajo las operaciones de inspección”, contó Barnett. “Lo que hemos visto con el problema de las puertas es lo que yo he visto con el resto del avión. Esto, en el sentido de trabajos que no se realizan por completo, pasos de la inspección siendo removidos, problemas siendo ignorados”, agregó.

El experto apuntó a que sus preocupaciones, por ejemplo con el 737 y el 787, han sido porque, en sus palabras, “realmente han adoptado la teoría de que la calidad es un costo indirecto y no tiene valor agregado. (…) Han puesto un gran esfuerzo en remover la calidad del proceso”.

Mejor no indicar los errores

Según relató, cuando primero empezó a trabajar en Charleston —lugar donde se encuentra una de las instalaciones de ensamblaje de aviones Boeing—, él estaba a cargo de señalar los defectos a sus proveedores. “Eso significa que yo tomaba un grupo de inspectores y realmente iba al proveedor a inspeccionar el producto antes de que lo enviaran”, explicó.

En una oportunidad, contó, “tomé un equipo de cuatro inspectores a ‘Spirit Aerosystems’ para inspeccionar la sección 41 antes de que la enviaran a Charleston, y encontramos 300 defectos. Algunos de ellos eran significantes, y necesitaban ingeniería e intervención”.

Cuando regresó a Charleston, Barnett contó que la Senior Manager a cargo le dijo que “habían encontrado muchos defectos”, y que ella iba a tomar el siguiente viaje a inspeccionar.

“En el siguiente viaje, ella fue, tomó a dos de mis inspectores y cuando volvieron les dieron elogios por solo encontrar 50 defectos”, reveló.

Al respecto, el ex director de calidad contó que se apartó a un lado con la mánager y le preguntó si Spirit Aerosystems realmente se había hecho cargo de los errores tan rápido, que no sonaba muy realista. “Ella respondió muy molesta, y dijo que a los dos inspectores les habían dado dos horas para revisar toda la sección 41, y luego fueron echados del avión”, aseguró John Barnett, concluyendo la entrevista.