Las razones para protegerlos son tan amplias como las extensiones que hoy ocupan. El riesgo que el cambio climático pone sobre ellos nos debe preocupar y ocupar, pues el escenario climático actual nos acompañará por mucho tiempo.

Estoy preocupada. Cuando la ciencia y la opinión pública pareciera que encuentran un camino común, reaparecen señales en la dirección contraria. Hace sólo unos días leí cómo se relativiza el impacto del cambio climático en los incendios ocurridos en los últimos años en Chile. No nos equivoquemos. La evidencia es contundente: las olas de calor y la falta de precipitaciones han provocado más y mayores incendios.

Esto no sólo ocurre en Chile, es cosa de semanas para que comencemos a ver grandes incendios en el verano del hemisferio norte. El invierno en nuestro país nos dará un respiro, pero es sólo eso, una pausa que nos permite prepararnos para la próxima temporada.

Sin bosques no hay carbono neutralidad

Los bosques están fuertemente amenazados por el nuevo escenario climático, pero al mismo tiempo, son una de las principales herramientas para combatirlo. Es así como, nuestro país proyecta que el 50% del cumplimento de la meta de reducción de GEI dependerá de bosques y plantaciones. En simple: sin bosques no hay carbono neutralidad.

No sólo hablamos de captura de CO2, sino de prevención de erosión, regulación del régimen hídrico, moderación de las temperaturas locales y conservación de la biodiversidad.

¿Qué más se puede pedir? Sí, hay más para pedir. Las plantaciones productivas, ordenadas y responsables, también son una oportunidad. La construcción en madera es una alternativa para nuestras ciudades, ya que puede reemplazar materiales con alta huella de carbono, por otros como la madera, que lo fijan, mientras que sus residuos son biodegradables.

Somos un país de bosques, esto puede ser uno de nuestros principales aportes al mundo en materia de carbono neutralidad. El potencial de captura de GEI es enorme y por eso nos hemos comprometido en el Acuerdo de París a recuperar 200 mil hectáreas de bosques nativos, crear 200 mil hectáreas de nuevos bosques.

La tarea no es fácil, más cuando enfrentamos un proceso de desertificación muy intenso y el fuego amenaza con liberar el carbono fijado, y hacer desaparecer su capacidad de captura.

Vamos a tener que acelerar el paso

Por nuestra parte, ya hemos avanzado en Acuerdos de Producción Limpia (APL) de Manejo con Ordenación Forestal, impulsados por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático junto con CONAF. Estimamos que con ellos, se han logrado capturar 51 mil toneladas de CO2, frenando la deforestación y potenciando la captura de GEI.

Los bosques son parte esencial de nuestro territorio. De ellos dependen económica y culturalmente gran parte de las personas que habitan nuestro país. Las razones para protegerlos son tan amplias como las extensiones que hoy ocupan. El riesgo que el cambio climático pone sobre ellos nos debe preocupar y ocupar, pues el escenario climático actual nos acompañará por mucho tiempo.