El tenista español Rafael Nadal retrasó su despedida en el Masters de Madrid, se vengó de Alex De Miñaur y avanzó a tercera ronda.

Rafael Nadal volvió a lograr lo impensable, dar un giro al guión, un volantazo a la dirección y marcar su propio rumbo; sobrevivir otra vez a una situación contraria, permanecer en competición y arruinar toda la ‘fiesta’ de despedida en el Masters de Madrid.

En contra de lo que el propio ganador de veintidós Grand Slam dejó entrever, ‘Rafa’ optó por alargar su estancia en Madrid, permanecer en el Masters 1000 -que en cinco veces, más que nadie, ha conquistado- y alargar su propia hoja de ruta.

Acabó con el australiano Alex de Miñaur (7-6 (6) y 6-3), un tenista que ronda el ‘top ten’, en buena forma y con el que hace diez días sucumbió, de mala manera, en Barcelona, en el Conde de Godó.

Estaba destinado De Miñaur, décimo cabeza de serie, a convertirse en el verdugo del mejor deportista español de siempre. Abocado a batir al otrora rey de la tierra en dos ocasiones seguidas, se quedó a mitad de camino. Lo logró en Barcelona, pero no en Madrid. Nadal se tomó cumplida venganza.

La primera victoria de Nadal ante un ‘top 20’ desde noviembre de 2022 llegó en dos horas y dos minutos, para citarle en tercera ronda con el argentino Pedro Cachín.

El calor del público espoleó a Nadal, que afrontó el choque con la lección de diez días atrás aprendida. Va con cuidado el español, con pies de plomo. Madrid es una estación más en un recorrido en cuyo horizonte planean Roland Garros y los Juegos Olímpicos, retos de una enjundia superior.

De Miñaur también mejoró y equilibró la situación. Incluso tomó ventaja porque rompió y se puso 5-3. Todo apuntaba a una nueva decepción para Nadal. No sucedió. Emergió Rafael Nadal, que igualó y llevó el partido al desempate. Fue mejor en el tie break, aunque desperdició, primero, tres puntos de set. De 6-3 a 6-6. No cedió y se hizo con la manga.

Después se mostró superior. El australiano comprobó que Madrid no era igual que Barcelona. Nadal había escalado un peldaño en su juego, en su tenis y en su confianza.