El “Acuerdo Nacional por el Desarrollo y la Paz en La Araucanía” elaborado por la Comisión para la Paz (2023-2025) busca construir las bases para una solución política de largo plazo al conflicto territorial en la Araucanía, con el compromiso del Estado chileno, del Pueblo Mapuche y de otros actores estratégicos involucrados.
Para que esta y otras iniciativas avancen, se requiere desactivar prejuicios que contribuyen a generar “identidades deterioradas” (E. Goffman), prolongando resentimientos históricos entre comunidades indígenas y el Estado. Una tarea clave para este propósito, consiste en erradicar los estereotipos negativos hacia la población indígena como personas “violentas”, “separatistas” o “terroristas” debido a los conflictos en algunas regiones del País.
La evidencia muestra una realidad distinta a los estereotipos frente a la población indígena originados por los activistas de la amplificación del malestar y la “mano dura”. Según los datos publicados por Gendarmería de Chile al 30 de abril de 2025, existen 60.697 personas privadas de libertad en el país, de las cuales 3.101 corresponden a personas que pertenecen a pueblos indígenas, lo que representa un 5,1% de la población penal general.
Respecto de las personas que se consideran pertenecientes a pueblos originarios, solo 1.639 personas privadas de libertad corresponden al pueblo Mapuche, lo que equivale a un 2,7% del total de población carcelaria y un 52,9% sobre el total de la población privada de libertad perteneciente a pueblos indígenas.
De las 1.639 personas privadas de libertad del pueblo Mapuche, la mayor concentración de ellos se encuentra en 5 regiones, Metropolitana (436 personas), Araucanía (434 personas), Los Lagos (187 personas), Bio Bio (104 personas) y Magallanes (103 personas). Tanto la región Metropolitana (436) como la región de la Araucanía (434) tienen una población penal mapuche similar.
Para analizar e identificar los tipos de delito más frecuentes hemos utilizado los datos proporcionados por la Defensoría Penal Pública (DFP), institución que basa su medición en las causas ingresadas en su institución, y que en la categorización que nos interesa, clasifica por origen étnico y por tipo de delito.
Apoyándonos en esta información, por ejemplo, se observan para la RM Norte (2024) un total de 92 causas ingresadas correspondiente a población indígena, siendo los tipos de delito más frecuentes: 1. Lesiones (29 causas), 2. Delitos contra la libertad e intimidad de las personas (24 causas) y 3. Hurto (17 causas).
Para la RM Sur (2024) los datos de la DFP indican un total de 186 causas ingresadas referidas a población indígena, siendo los tipos de delito más frecuentes. 1. Delitos contra la libertad e intimidad de las personas (47 causas), 2. Lesiones (45 causas) y 3. Hurto (24 causas).
Respecto de Región de Araucanía, la DFP reporta 3473 causas ingresadas correspondientes a población indígena, siendo las mayores incidencias por tipo de delito 1. Lesiones (923 causas), 2. Delitos contra la libertad e intimidad de las personas (908 causas) y 3. Delitos Ley de Tránsito (908 causas). Como se podrá observar, dentro de las tres primeras incidencias de delitos en la Región Metropolitana y Araucanía existe prevalencia de delitos comunes para el año 2024.
Una rápida mirada de los datos sugiere que los internos privados de libertad pertenecientes a pueblos indígenas en su mayoría han cometido delitos comunes. Por tanto, dichos internos no responden al estereotipo conductual instalado socialmente. Del mismo modo, la información de la DFP sobre porcentajes regionales de imputados indígenas, respecto del porcentaje de población total indígena por región tampoco permite sostener los prejuicios existentes.
La información disponible muestra que a nivel país, los indígenas tienen menor proporción de imputaciones relativas a su porcentaje de población, incluso en regiones con alta población mapuche y donde se puede asumir una mayor conflictividad como es Araucanía. Precisamente, Araucanía y Arica y Parinacota, a pesar de su alto porcentaje de población indígena, muestran sub-representación a nivel de imputados, lo que reflejaría menor criminalidad indígena relativa respecto del porcentaje de población indígena a nivel regional.
Otras regiones caracterizadas por baja población indígena, como Maule y Ñuble, también reflejan sub-representación en el porcentaje de imputados y una baja consistencia en ambos indicadores, evidenciando poca incidencia de indígenas entre imputados. Esto quiere decir que si los imputados indígenas se encuentran sub-representados en todos los casos respecto del porcentaje de población indígena regional, la población no indígena de imputados se encuentra sobre-representada también en todos los casos.
Los datos anteriores no disminuyen, en absoluto, la gravedad de los hechos de violencia, el desplazamiento geográfico del conflicto, las muertes de comuneros, agricultores y carabineros y el impacto económico en la zona. Pero la persistencia del conflicto demanda soluciones integrales basadas en evidencia.
Considerando que el estigma representa una marca que devalúa las identidades sociales, tomar decisiones sobre la base del prejuicio multiplicará en el mediano plazo el resentimiento en los individuos y grupos estigmatizados, especialmente cuando perciben su exclusión como injusta e intolerable.
El discurso de la “mano dura” que actualmente seduce a sectores de la opinión pública, constituye una estrategia contraproducente instalada por aquellos que se benefician en el corto plazo de la polarización y el caos, apoyada en un malestar extendido y la decadente efectividad de gobiernos anteriores. Se configuran, de este modo, ecosistemas propicios para “políticas de shock” (N. Klein) que responden a emociones como la frustración, el miedo y la ira.
Una “política de shock” produce un efecto multiplicador de la polarización y el resentimiento que puede debilitar a las instituciones democráticas, transformando la autocracia en “el único juego posible”. En ese contexto valdría la pena recordar que el negocio irresponsable de los activistas del malestar habitualmente consiste en ganar y no en resolver.