Una adulta mayor denunció que un jardín infantil mantiene con ella y su marido una deuda cercana a $20 millones, tras ocupar y no pagar el arriendo de una propiedad en la comuna de San Miguel, región Metropolitana.
Un reportaje de Mega expuso la situación de Inés, una adulta mayor dueña del inmueble en calle Llano Subercaseaux, donde funciona la sala cuna y jardín infantil Vitamina.
“Nosotros vivimos de ese arriendo“, aseguró Inés.
El contrato comenzó en 2010 y durante la pandemia hubo atrasos e inconvenientes en los pagos, incluso de hasta 14 meses seguidos. Aunque posteriormente se regularizaron, en enero de 2025 venció el acuerdo y no se realizaron más pagos.
Actualmente, se denuncia que la deuda alcanza los $20 millones, mientras el recinto sigue operando sin pagar arriendo.
“A estas alturas son ocho meses que están sin contrato y sin pagos. Están ocupando la casa, el inmueble y ahí estamos, desesperados. Es el sueldo de mi marido, porque la jubilación es muy precaria“, expresó Inés.
La misma adulta mayor calificó la situación de “incomprensible“. Además, denunció que hace dos meses vio a trabajadores de Vitamina realizando labores en el antejardín.
“Estamos con abogada, estamos en tribunales, necesitamos que nos paguen, nosotros necesitamos ese dinero y que nos entreguen la casa”, manifestó Inés.
Ausencia de respuesta por parte del jardín infantil que se habría tomado casa en San Miguel
En la vivienda de calle Llano Subercaseaux, al citado medio le señalaron que la encargada estaba con licencia médica. En su reemplazo, se encontraba la directora de la sede Vitamina de Novena Avenida, en la misma comuna.
Al consultar en esa otra sede, nuevamente respondieron que la encargada no estaba y que “en unas horas más volverá”. Al solicitar un número de contacto, indicaron que no podían “dejar teléfono”.
Por otra parte, es importante mencionar que Vitamina tampoco habría pagado arriendo a otra adulta mayor en la comuna de Las Condes, donde la justicia terminó desalojando al jardín infantil. Sin embargo, en ese caso se habló de plazos de mora que iban desde ocho meses hasta tres años.