Claudio Báez Rubio, profesor de karate baleado en plena clase con niños en Calera de Tango, expresó que no quiere vivir con temor y que ansía justicia. Su agresor aún no ha sido detenido.
En diálogo con el matinal de CHV, el hombre afirmó que, mientras más tiempo transcurra, más difícil será reconocer a su atacante, quien permanece prófugo, ya que no hay detenidos por el hecho. Aunque también indicó que prefiere no conservar la imagen del ataque y eliminarla de su vida cotidiana.
“No quiero vivir con temor. Quiero ser fuerte, un buen ser humano no puede caminar con temor“, aseguró.
También manifestó que los doctores usaron la palabra “milagro” tras salir de riesgo vital y mantenerse con vida. El karateca expresó: “no quería que ese fuera el momento de mi partida“, en relación con el estado de gravedad en que se encontraba luego del ataque ocurrido la tarde del 24 de abril.
“Sentía que debía continuar una misión. Luché con todas mis fuerzas para que así fuese”, declaró.
Báez confesó que, tras salir de una traumática terapia intensiva, “fue muy difícil de llevar“. En ese momento no comprendía lo ocurrido ni dimensionaba las lesiones sufridas en su mandíbula, y muy cerca, a un milímetro de su corazón y de un pulmón.
Consultado sobre si anhela justicia, el profesor respondió: “por supuesto. La ansío con todo mi ser, por mí, por a lo mejor los que estuvieron antes o por los que pueden venir”, expresó.
“¿Qué podría justificar que entre un personaje con pistola en mano y que te acribille ahí mismo?“, cuestionó Báez sobre el hecho ocurrido frente a niños de 9 años.
El recuerdo del profesor de karate sobre el día del ataque que lo dejó en riesgo vital
Junto con decir que no quiere entorpecer la investigación, el profesor de karate se refirió a lo ocurrido la tarde en que resultó herido de bala.
“Yo veo a una persona, algunos dicen que patea la puerta. Yo siento algo muy rápido, ese transcurso debe haber sido de entre 1 o 2 segundos, yo me enfoco en el arma y siento impactos en mi cuerpo. Es extraño, no se siente dolor. Es como una fuerza que te lleva al suelo“, relató.
Pese a declarar que no tiene certeza de todo lo ocurrido, recuerda haber intentado caer sobre los niños para cubrirlos con su cuerpo. Mientras yacía en el suelo, trató de gesticular y decir: “avísenle a mi señora“, pues era su mayor preocupación.