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Metro de Santiago cerrará uno de los accesos de la estación Puente Cal y Canto de la Línea 2, frecuentado por 66 mil usuarios diarios, debido a denuncias de delincuencia en la zona. La gerenta Pamela Barros anunció el cierre del acceso norponiente por ser foco de uso indebido. Aunque no hay fecha exacta, se espera implementarlo en las próximas semanas. El alcalde Mario Desbordes describió la situación como de inseguridad, prometiendo cámaras y más seguridad. Arquitectos lamentaron esta decisión, calificándola como una renuncia del Estado. La ministra del Interior, Carolina Tohá, defendió la medida como necesaria para mejorar la zona, vinculándola a un evento internacional próximo.

El Metro de Santiago cerrará uno de los accesos de la estación Puente Cal y Canto de la Línea 2, donde transitan en promedio 66 mil usuarios por día.

La gerenta de Operaciones del Metro, Pamela Barros, explicó que se está “trabajando en un plan de mejoramiento del entorno de la estación Cal y Canto”, consignó El Mercurio. Agregando que “a raíz de esto, una de las primeras acciones a realizar será la de cerrar uno de los portones del acceso ubicado en avenida La Paz, sector norponiente”.

La decisión respondería a que dicho acceso “por ser menos transitado, se ha convertido en un foco de delincuencia y de uso indebido por algunas personas”.

A pesar de que aún no hay una fecha para la implementación de la medida, Barros adelantó que “se estima que el cierre podría concretarse la próxima semana o la subsiguiente”. Lo que será informado por sus canales de comunicación, agregó.

El alcalde de Santiago, Mario Desbordes, calificó este acceso como “el más complicado” de la estación. Y advirtió que “en la noche, sobre todo, hay un nivel de inseguridad enorme”.

En este sentido, señaló que se están evaluando medidas como la instalación de cámaras de televigilancia y una dotación especial de personal de seguridad. “Queremos que no se produzca esta zona de impunidad donde los delincuentes delinquen dentro del Metro”, señaló.

“El personal de Metro no se puede mover diez metros más allá de la salida, o delinquen afuera y el personal nuestro no ingresa, en eso estamos trabajando”, enfatizó.

”Renuncia del Estado”

Por otro lado, de acuerdo al medio citado, el arquitecto Iván Poduje advirtió que cerrar el acceso de una estación representa “una renuncia del Estado, similar al monumento de Baquedano”. En su opinión, la medida responde a la incapacidad de controlar el comercio ilegal que rodea la estación.

En la misma línea, el arquitecto Yves Besançon lamentó la situación y aseguró que “no puede ser que el Estado haya sido doblegado por los delincuentes y los ilegales”.

Poduje advirtió que este problema podría replicarse en otras estaciones afectadas por el comercio ilegal y la delincuencia, mencionando a Patronato (L2), Plaza de Armas (L5) y San Alberto Hurtado, Las Rejas y Unión Latinoamericana (L1).

Tohá defiende la medida

La ministra del Interior, Carolina Tohá, defendió la intervención descartando que esto represente una “renuncia del Estado”. Según explicó, “la renuncia del Estado se da cuando hay un lugar con fenómenos de incivilidades y delitos recurrentes y el Estado no actúa”.

Tohá señaló que conoce bien el sector y atribuyó parte del deterioro a la presencia de un pique del Metro instalado en 2015, lo que ha facilitado incivilidades y comercio ambulante. “Ese es el foco de ir ahí, a esos lugares donde hay un valor urbano que queremos poner a punto”, afirmó.

La intervención se vincularía con la próxima reunión del Banco Interamericano de Desarrollo, evento que se realizará en la zona.

Además, detalló que las medidas han sido trabajadas en conjunto con Metro, la delegación presidencial y el municipio de Santiago, subrayando la importancia de “tomar el toro por las astas” para evitar que el deterioro avance.