El Arzobispado de Santiago se refirió escuetamente este lunes a la muerte del exsacerdote Fernando Karadima, quien fue expulsado del sacerdocio por el papa Francisco a raíz de los delitos sexuales que cometió.

Karadima fue hallado culpable por la justicia clerical, pero para los tribunales chilenos sus delitos cometidos en la parroquia de El Bosque en Providencia estaban prescritos, por lo que nunca fue condenado penalmente.

Sin embargo, en 2018 el papa Francisco determinó expulsarlo del sacerdocio luego de conocer más sobre las acusaciones que pesaban en su contra y que ya había sido condenado por la justicia religiosa.

Por ello, Karadima murió sin ser religioso de la Iglesia Católica.

Ante su muerte, el Arzobispado de Santiago emitió una declaración donde señaló que, tras tomar conocimiento de la muerte, “acompañamos de cerca a las víctimas sobrevivientes y a sus familias, pidiéndole a Dios misericordioso que pueda sanar el dolor causado a todos quienes han sufrido”.

“Al mismo tiempo, como arzobispado reafirmamos nuestro compromiso para seguir trabajando en la promoción de ambientes sanos y seguros al interior de la Iglesia”, agregaron.

Vale la pena mencionar que el Arzobispado de Santiago perdió una demanda civil iniciada por las víctimas de Karadima, pagado una indemnización total de más de $400 millones que no fue apelada.