El subsecretario de Vivienda y Urbanismo, Guillermo Rolando, informó que son más de 1.200 hectáreas -entre las comunas de Quintero y Puchuncaví– en las que todavía se pueden instalar “actividades productivas peligrosas”, y anunció que cerca de 500 están siendo convertidas para albergar actividades inofensivas.

Desde que ocurrió la emergencia ambiental el pasado 21 de agosto, que distintos organismos como el Consejo Regional, los municipios y organizaciones sociales venían pidiendo que comenzara a trabajarse el cambio de usos de suelo, considerando que todavía hay posibilidades para que el cordón industrial -que ya cuenta con 19 empresas- se agrande.

El congelamiento de permisos también forma parte de las herramientas que el Gobierno dispondrá para limitar proyectos de desarrollo en la afectada zona. Inicialmente correría por tres meses, pero con la Intendencia se realizan coordinaciones para extender los plazos.

Rolando contó que son 499 hectáreas las que ya atraviesan por este cambio, y el restante se va a modificar con un proceso de participación ciudadana.

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El alcalde de Quintero, Mauricio Carrasco, indicó que fue una solicitud directa de los concejos municipales de ambas comunas, pensado para defender territorialmente la zona.

Carrasco contó que ya cuentan con la documentación necesaria para empezar los trabajos de cambio de uso de suelo, y fue enfático en que se confirmen congelamientos de permisos nuevos o de empresas actuales.

En cuanto a los tiempos en que se van a implementar los cambios, se estima que en tres años terminaría de cerrarse el proyecto. Se requieren estudios de uso de suelo, informes topográficos de las quebradas y los cerros.