En el marco de la trigésimo séptima versión del Comité de Integración Cristo Redentor, el intendente regional de Valparaíso, Jorge Martínez, anunció que pondrá nuevamente en el tapete la discusión del proyecto del Túnel a Baja Altura Mendoza – Los Andes.

Mientras tanto, el senador de Renovación Nacional, Francisco Chahuán, confirmó que se esta evaluando una alternativa más económica.

El mega proyecto de un túnel bajo la cordillera fue una de las iniciativas estrella del primer Gobierno de Sebastián Piñera. Sin embargo, en el período siguiente dejó de ser prioridad para Chile y Argentina debido al alto costo y a la falta de estudios, según confirmó en reiteradas oportunidades el ministro de Obras Públicas de la época, Alberto Undurraga.

Este lunes, el intendente Jorge Martínez dijo que si el túnel a Baja Altura se presenta como una iniciativa oficial, el apoyo será inmediato, pero siempre que sea un proyecto concreto y previamente evaluado.

El embajador de Argentina, José Octavio Bordón, se ha reunido en reiteradas oportunidades con el senador Francisco Chahuan y ya están trabajando en una propuesta que podría ser la solución al tránsito de carga internacional.

Chahuan dijo que recuperar la infraestructura del antiguo Ferrocarril Trasandino puede ser una solución interesante de abordar.

De hecho, afirma que dos universidades de la región están trabajando en los estudios previos a solicitud del propio embajador argentino.

El proyecto original se viene arrastrando desde 2007, cuando se dio a conocer por primera vez de manera oficial, y si bien ambos países han demostrado su interés en que se concrete, el financiamiento de mas de US$3 mil millones ha sido el principal obstáculo.

La historia del proyecto

En agosto 2008 el gobierno de la entonces presidenta Michelle Bachelet declaró la iniciativa como interés público chileno, y pidió a su par de Argentina, Cristina Fernández, que hiciera lo propio, lo que se concretó sólo un mes después, cuando el Gobierno trasandino también declaró una obra de “Interés Público Nacional” el proyecto.

Luego, en 2009, los ministros de Obras Públicas de Chile, Sergio Bitar, y de Transporte de Argentina, Juan Pablo Schiavi, sostuvieron varias jornadas de trabajo para avanzar en los compromisos adquiridos por las presidentas Bachelet y Fernández.

En abril de 2010 y con el cambio de Gobierno en Chile, la Corporación América, encargada de la iniciativa, realizó diversas gestiones para que el proyecto siguiera siendo prioridad para ambos Estados, lo que se vio reflejado posteriormente, y a pesar del terremoto de febrero de ese año, en que se llevara incluso una maqueta con los anuncios correspondientes.

En mayo de 2011 se presentó oficialmente el proyecto y en septiembre de ese mismo año incluso el ministro de la época, Laurence Golborne, hablaba de que estaba en proceso de estudio y que, con la aprobación de ambos países, el proyecto entraría próximamente en etapa de licitación, para en 2022 estar finalizada la construcción y puesta en marcha.

Entre marzo y octubre de 2012 se presenta la maqueta oficial del proyecto y los presidentes Sebastián Piñera y Cristina Fernández acuerdan acelerar los procesos en sus respectivos países e incluso dan un plazo de 6 meses para terminar los estudios de prefactibilidad.

En marzo de 2013, en la reunión de la Unión de Parlamentarios sudamericanos del Mercosur, se dio un nuevo espaldarazo a la iniciativa que a esas alturas se pensaba se concretaría según los plazos establecidos por los gobiernos.

Sin embargo, nada de eso ocurrió, porque a pesar de que en 2014 se volvieron a firmar protocolos de acuerdo entre ambos países, ya el proyecto comenzó a quedar en tercera opción después de que se anunciara la priorización de los pasos Las Leñas y Aguas Negras por su menor costo de inversión.

Para febrero de 2015 el único avance que se había logrado era que el gobierno argentino le otorgó la Personería Jurídica al “Ente Binacional del Ferrocarril Trasandino (Ebifetra), el comité argentino-chileno encargado de evaluar si es viable la construcción de este tren” según recogían los medios trasandinos.

No obstante, habían ya surgido un sinnúmero de interrogantes respecto de la capacidad de carga y sobre todo del financiamiento que aún no estaba totalmente conseguido.

En 2016 se dieron las primeras luces de que el proyecto no tendría un buen final cuando se priorizaron los pasos Aguas Negras y Las Leñas, ratificándose que El Túnel Baja altura Libertadores quedaba a la espera de ser nuevamente analizado.

En primera instancia, desde Chile se informaba que el gobierno argentino había despriorizado la iniciativa. No obstante, desde el país trasandino se insistía en que había sido en Chile donde se generaron las demoras para la aprobación de la iniciativa.

Posteriormente, en 2017, mientras en Chile se reiteraba que Argentina había dejado en segundo o tercer plano el mega proyecto, varios parlamentarios lamentaban los hechos y declaraban que era necesario hacer nuevas gestiones.

Sin embargo, en una visita del presidente Mauricio Macri, los mismos políticos reconocían que el mandatario trasandino había su interés de revitalizar el proyecto.

Posteriormente, hasta el propio ministro de Obras Públicas de la época, le puso lápida definitiva al declarar en una visita a la frontera, que “al proyecto le faltaban mas estudios”.