Tras la contaminación del agua en julio de 2019 en Osorno, la empresa Essal presentó un plan de desarrollo, el cual fue fiscalizado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios. Las obras implementadas por la compañía deberían asegurarle fluidez y permanencia en el proceso del agua potable.

La Superintendencia de Servicios Sanitarios fiscalizó el cumplimiento de obras en la empresa Essal en Osorno, en la región de Los Lagos. Estas deberían asegurarle fluidez y permanencia en el proceso del agua potable.

Lo anterior está dentro del plan de desarrollo presentado por la compañía, en obras cumplidas tras la crisis vivida en esa ciudad por la contaminación del agua en julio del 2019.

Se trata del aumento de capacidad de producción de la planta Caipulli de 360 litros por segundo y sube a 420 l/s, todo ello en función de una nueva infraestructura. Así lo explicó el director regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, Juan Ancapán.

También se sumó la incorporación de nuevas bombas impulsoras, junto a una nueva cámara de dosificación de hipoclorito de sodio que desinfecta el recurso extraído desde el río Rahue para la distribución posterior del agua desde las dependencias situadas en Ovejería Bajo. Esto incorpora además sistemas de respaldo eléctrico.

Los trabajos responden a un aumento en las capacidades de producción de Essal insertos en su plan de desarrollo posterior a la crisis que generó la contaminación del agua en su planta en julio del 2019, y donde quedó expuesta la desprolijidad en que operaba una planta que databa de los años 80.

Ante la seguridad del servicio de agua potable -asumiendo el mejoramiento de las instalaciones de ESSAL-, el director regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios sostuvo que “las contingencias pueden ocurrir en cualquier momento, pero por capacidad no es esperable ante la holgura adquirida”.