Una mujer terminó con una lanza de 150 centímetros insertada en su cuello tras un intento de asalto en Curacautín, región de La Araucanía. "Pensé que me iba a morir", señalo la víctima a LUN, ya que el dolor era intenso cuando era trasladada al hospital de la comuna. Según relata, hasta hoy tiene problemas para dormir pensando en el hecho ocurrido el 18 de junio pasado.

La madrugada del 18 de junio será difícil de olvidar para Mariela Franco, quien terminó con una lanza atravesada en el cuello durante un intento de asalto en Curacautín.

Como lo dio a conocer Radio Bío Bío, la víctima y una amiga se desplazaban en el vehículo de esta última cerca de la Plaza de Armas de aquella comuna de La Araucanía.

En ese momento, fueron interceptadas por un grupo de personas -entre ellas una mujer- que les ordenó disminuir la velocidad.

En conversación con LUN, Mariela señaló que “esa mujer que nos hizo parar fue mi amiga en el pasado, por eso la quise saludar. Cuando se acercó a mi ventana gritó “¡ahora!” y aparecieron dos tipos, uno con una pistola que nos apuntó frente al parabrisas”.

“Nos amenazaron y nos dijeron que entregáramos todo”, agregó.

Su amiga intentó acelerar, pero el vehículo se paró. Fue entonces cuando uno de los sujetos le tiró una lanza de 150 centímetros, la cual terminó insertada en su cuello.

“Me vino como un golpe de adrenalina, porque no sentí dolor. Luego, miré hacia el lado y vi un tremendo fierro que salía por la ventana”, relató.

Mujer que quedó con lanza en su cuello: “Pensé que me iba a morir”

La conductora pudo mover el automóvil y trasladó a la víctima hasta el Hospital de Curacautín.

“Cuando íbamos sentí el dolor, porque saltábamos en los lomos de toro y me pegaba en el techo. Era un dolor horrible e intenso, no lo podía soportar. Pensé que me iba a morir”, comentó Mariela.

Tras llegar al recinto asistencial, personal de Bomberos pudo cortar la lanza y la víctima sólo quedó con un pedazo en su cuello.

Luego fue trasladada al Hospital de Victoria, donde “el doctor me puso anestesia y me sacó el resto del fierro con la mano. Me limpiaron, me cosieron y me dieron de alta”.

La mujer asegura que ha tenido problemas para dormir durante los últimos días y que está cansada mentalmente. “Lo único que pienso es que el culpable anda paseándose por el barrio y jactándose por lo que me hizo. Eso me tiene muy mal”, asegura.