Sandra Lissette Peña (35 años) sufrió una trombosis venosa cerebral en 2014, lo que empeoró cuando estaba internada en el Hospital de Copiapó y tuvo un accidente cerebrovascular de tronco encefálico secundario, quedando imposibilitada de moverse y respirar.

“Estar así no es fácil, estoy cansada de vivir así, siento que tengo de esclavos a mis papás. Mi mamá no puede salir, porque la niña que me cuida lleva poco tiempo y está aprendiendo (…) no soy capaz de botar las flemas y eso significa que me ahogo, me tienen que sacar las flemas, me tienen que meter sondas”. indicó al Diario de Atacama.

Ante este escenario, Sandra -que desde esa época se encuentra postrada y conectada- afirmó que la eutanasia sería la mejor opción para terminar con este sufrimiento. “Yo sé que no me voy a recuperar, porque cuando me pasó esto, se me murieron las neuronas de las respiración y del movimiento”, lamentó.

Lo anterior quedó claro con un documento emitido por el recinto asistencial, el cual daba cuenta del carácter irreversible de las secuelas. “A más de 6 meses de terapia crónica es posible señalar que su estado actual será permanente, con secuelas permanentes superiores al 2/3 de su capacidad funcional, con incapacidad definitiva de retomar actividades laborales previas”, se estableció en el documento, el cual se entregó para gestionar la pensión de invalidez.

Al respecto, su madre afirmó que Sandra sufre con su estado, ya que antes era totalmente sana y alegre. “…ella todos los días llora, pide que la desconectemos hace tiempo, pero no podemos desconectarla, sería como matarla y nos vamos a la cárcel…si hubiese una ley nosotros estaríamos de acuerdo”.

Todo esto ocurre en medio de la discusión sobre la materia, la cual ha avanzado en detalles sobre el proyecto. Por ejemplo, la Comisión de Salud de la Cámara aprobó la semana pasada el suicidio asistido.

De esta forma, los médicos podrían prescribir una sustancia letal que el paciente se autoadministraría -de manera supervisada por el especialista- y así provocar su muerte.

“Les pido que no sean egoístas y que aprueben la ley porque una personas postrada sufre mucho y ve a su familia sufrir, porque es una persona que está bien de la cabeza”, sentenció.