A cuatro años de su anuncio: proyecto que busca anticipar sistemas frontales continúa sin avances

Fue a mediados del 2019 -tras los fuertes tornados y trombas marinas, que golpearon principalmente a la región del Bío Bío– que el expresidente Sebastián Piñera anunció un sistema para anticipar con precisión estos fenómenos.

Hace cuatro años, desde la zona afectada, Piñera anunció el “pronto” despliegue de una red de radares meteorológicos. Según se informó luego, adelantarían sistemas frontales entre la regiones de Valparaíso y Los Lagos.

Especialistas afirman que proyecto para anticipar sistemas frontales podría prevenir desastres

Con el estallido social y la crisis sanitaria, la ambiciosa iniciativa terminó por estancarse. Así denunció el académico y doctorado en Ciencias Atmosféricas, Raúl Valenzuela, quien en su momento trabajó junto a la Dirección Meteorológica de Chile con el objetivo de concretar el proyecto.

“La red de observación de superficie se ha expandido y eso es positivo, pero nunca va a reemplazar la capacidad que tiene un radar. El año 2019 fue que el presidente Sebastián Piñera lo prometió, luego de los tornados que hubieron en el sur. Que se iba a instalar, que estaban los recursos para poder avanzar en una red de radares, pero el proyecto quedó ahí”, dijo Valenzuela.

Agregando que “hay un informe, se estudió dónde debían estar esos radares, cuál es la cobertura, pero hasta ahí llegó el proyecto”.

En la misma línea, el meteorólogo y exjefe del Servicio Meteorológico de la Armada, Gonzalo Espinosa, concordó con Valenzuela en que una red de este tipo permitiría prevenir nuevos desastres.

Asimismo, aseguró que Chile se encuentra sumamente retrasado en la materia ya que no se cuenta con vigilancia de este tipo.

“En el mundo hay muchos países que cuentan con este tipo de dispositivos (…) ofrecen una ayuda a la ciudadanía para la prevención de efectos de los fenómenos meteorológicos adversos e intensos”, explicó el profesional.

Este tipo de radares permiten acceder a datos detallados respecto a la caída de lluvia y nieve, o la intensidad de los vientos.

Teniendo en cuenta que el cambio climático ha traído consigo fenómenos cada vez más extremos, los especialistas coincidieron en que optimizar los servicios meteorológicos podría evitar cuantiosos daños, e incluso, salvar vidas.