La crisis en la Iglesia Católica sigue activa y las denuncias por abuso sexual y otros delitos todavía es una sombra cuyo peso no se disipa, las que cercanos a este mundo no descartan que sigan apareciendo. A pesar de que el Vaticano hizo cambios hace años impensados, las víctimas aún los consideran insuficientes.

La caída de Renato Poblete, fallecido capellán del Hogar de Cristo e ícono jesuita; la expulsión de sacerdotes, un cónclave de obispos para abordar estos delitos, el fin del secreto pontificio y el reconocimiento de la importancia del viaje del Papa a Chile en el manejo de la Santa Sede de los casos de abuso sexual fueron algunos de los hitos de 2019.

¿Se superó la crisis? Esa fue una de las preguntas que se le hizo al nuevo arzobispo de Puerto Montt, Fernando Ramos, apuntado por víctimas como encubridor.

Al respecto, el prelado dijo que se ha ido avanzando, pero que la crisis todavía no está totalmente superada, aunque resaltó que como institución “van caminando”.

“Estamos caminando, todavía no está totalmente superada. Tenemos que ir respondiendo a cada una de las acusaciones que han llegado. Creo que tenemos una misión importante de investigar en profundidad y castigar a aquellos que sean responsables de delitos y a la vez ir creando ambientes sanos y seguros para que en todas nuestras comunidades todas las personas, especialmente los menores de edad y los vulnerables, tengan un espacio de protección y cuidado”, dijo el religioso.

Uno de los voceros de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, Jaime Concha, discutió la esperanza que generó entre los denunciantes la crisis social, porque ahora son muchos los que sacaron la voz, tal como lo hicieron ellos al denunciar a sus abusadores.

“Me quedo con la esperanza que no estamos solos porque ahora toda la tribu grande, todo el país que se ha levantado y que está exigiendo en las calles en nombre de aquellos que no pudieron hablar, aquellos que están muertos y que no pudieron llegar hasta aquí, poder seguir hacia una sociedad más inclusiva, tolerante, respetuosa, más digna”, indicó.

José Andrés Murillo, denunciante de Fernando Karadima y director de la Fundación para la Confianza, enfatizó la importancia de que el Estado esté a la altura de estos abusos y no solo en los ambientes eclesiásticos. En esa línea, destacó la importancia de crear una comisión que se haga cargo de estos casos.

“Yo creo que el Estado tiene el deber de generar una instancia tipo comisión investigadora como se ha hecho en otros países, lo hizo Australia, respecto de los abusos cometidos no solamente en espacios eclesiásticos sino también en espacio institucionales más amplios, como por ejemplo el Sename. Creo que es importante generar instancias que permitan investigar, clarificar, pero también juzgar y reparar”, señaló.

Por su parte, Marcial Sánchez, experto en historia de la Iglesia, afirmó que están las condiciones para que en 2020 se concreten varios juicios y reparaciones, lo que no quita que sigan apareciendo denuncias.

En suelo nacional, uno de los primeros hitos del próximo año será el juicio contra Óscar Muñoz Toledo, expulsado sacerdote y excanciller del Arzobispado de Santiago, quien está acusado de abuso sexual, violación y estupro, proceso que se concretará en marzo.