A horas de que Miss Reef coronara a su nueva soberana, el Observatorio Contra el Acoso Callejero comentó su parecer sobre el concurso de belleza que en 2017 cumplió 12 años en el país. En ese contexto, la organización que vela por los derechos civiles de las mujeres acusó a Miss Reef de “perpetuar la violencia de género”.
Ayer, en el Hotel del Valle, la chilena Belén Cabezas (20 años) se alzó como la nueva representante de la marca deportiva. Y consultada sobre las críticas feministas al certamen, la modelo optó por no emitir comentario. “Sé lo que dicen del concurso, pero no me voy a referir al tema”, dijo a BioBioChile.
María José Guerrero, directora del área Estudios del OCAC, sí optó por hablar de ello. “Esto es sobre lo que representa el concurso, no sobre el concurso en sí”, recalcó. “Esto es una parte del círculo de violencia de género que podemos ver graficado en las violencias extremas y que podemos identificar (en la sociedad), como la violencia familiar y los femicidios”, dijo.
Para Guerrero, el Miss Reef está dentro del círculo general de la violencia “porque lo que se pretende y lo que se hace es valorizar el cuerpo de la mujer como objeto. Lo que se escoge en el Miss Reef es una parte del cuerpo de la mujer (las pompas), que se visibiliza como un todo. La mujer es reducida a una parte de su cuerpo, y esto podemos verlo en general en otros aspectos de la vida, como en el acoso sexual callejero”, contó Guerrero.
Según la vocera del OCAC, este tipo de eventos y las situaciones de acoso se relacionan en que, en ambos casos, a la mujer se le simboliza sólo por una parte del cuerpo, en contextos donde deben aceptar recibir opiniones de otras personas (en la calle “piropos”; en el concurso una calificación) de manera expositiva.
“Este concurso repite este tipo de violencia, está dentro de la misma trama y nos interpela como lo hacen un montón de productos de belleza, donde tenemos que realzar nuestras partes buenas y ocultar las malas para tener una buena presentación”, dijo Guerrero, quien además señaló que su problema no es con la desnudez del concurso, pero sí con su fin.
