Los seguidores de la moda están fascinados con la camisa bordada de estilo bohemio. Casi todos tienen una en el vestidor, a veces sin saber que es una prenda tradicional ucraniana convertida en símbolo de unidad en el país.
“Que lo sepa o no, la influencia ucraniana ha llegado a sus armarios”, auguraba la edición estadounidense Vogue en la primavera de 2015. Al año siguiente reiteraba la adhesión a la “vyshyvanka”.
Esta camisa tradicional bordada, a menudo de distintos colores, ganó en popularidad en las calles de Kiev por el furor patriótico de la revuelta de Maidán que desembocó en 2014 en la caída del presidente prorruso, seguida de la anexión de Crimea por Rusia y de la guerra con los separatistas prorrusos en el este del país.
Desde entonces se exporta. Famosos del mundo entero la lucen en la alfombra roja; también los miembros de la realeza, como la reina Máxima de Holanda en los Juegos Olímpicos de Rio.
En Instagram, la británica Kelly Osbourne, hija del legendario músico de rock duro Ozzy Osbourne, publicó una fotografía vistiendo una “vyshyvanka” de la estilista ucraniana Yulia Magdytch.
“La gente piensa, a lo mejor, que la moda se encuentra en Nueva York, pero yo tengo la mirada puesta en Ucrania”, escribió la artista británica.
ADN ucraniano
En el folclore ucraniano, las “vyshyvanka” son como talismanes que protegen de los malos espíritus.
“Los ucranianos han perdido mucho cuando empezó la guerra” en el este, explica a la AFP Yulia Magdytch, refiriéndose al conflicto entre las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos, que causó más de 9.500 muertos en más de dos años.
“En momentos como esos ¿hacia qué tiende la gente? Se decanta por sus orígenes. Y la camisa bordada forma parte de nuestras tradiciones. Por eso todos se abalanzaron sobre ella”, añade.
Ninguna fiesta prescinde de esta camisa en el oeste de Ucrania ni en la capital, Kiev.
Y una vez al año se celebra el día de la “vyshyvanka” para celebrar la unidad y la solidaridad del pueblo.
Gracias a esta prenda, Yulia Magdytch se ha convertido en la primera estilista ucraniana que vende en los almacenes Selfridges, en el Reino Unido.
Hizo falta tiempo -dice- para que la gente entendiera que los bordados son parte integrante “del ADN de la moda ucraniana”.
“Ahora es prestigioso ponerse una camisa bordada. Está de moda llevar una ‘vyshyvanka’. Está de moda ser ucraniano”, afirma.
Un trabajo único
Desde que se lanzó en esta moda, Oxana Karavanska, otra estilista ucraniana de renombre, ha recibido pedidos del mundo entero.
“La camisa bordada es un éxito mundial”, asegura. “Es un trabajo artístico único porque no se pueden encontrar dos ‘vyshyvanka’ idénticas en el país”.
Cada “vyshyvanka” tiene un estilo peculiar y representa a la región en la que se confeccionó.
Katerina Levenko, de 69 años, borda camisas desde su infancia. Nació en una aldea del nordeste de Ucrania y todo lo que sabe sobre esta prenda lo aprendió de su madre.
Ella también atribuye el interés creciente por la “vyshyvanka” a la revuelta Maidán. “Antes de eso el mundo no sabía nada de nosotros. Conocía la Unión Soviética”, considera esta estilista, que espera que la camisa se vuelva tan célebre como “el fular Hermès, por ejemplo”.