La carrera por encontrar una vacuna en contra del nuevo coronavirus sigue acaparando la atención del público mundial, especialmente por el recrudecimiento del aumento de casos y muertes en ambos hemisferios, a pocas semanas de cumplir un año del inicio de la epidemia que finalmente derivó en pandemia.

Por ejemplo, Moderna ya anunció que su prototipo tiene una eficacia de 94,5%, casi lo mismo que reportaron Pfizer con BioNTech.

Tan seguros están del trabajo realizado que estos dos últimos laboratorios (socios en esta crisis sanitaria) presentaron el viernes una solicitud de autorización bajo emergencia ante la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos para comercializar la inoculación.

En tanto, Oxford y AstraZeneca indicaron que su vacuna ha mostrado “una eficacia del 70%” en las pruebas realizadas, por lo que Pascal Soriot, titular de AstraZeneca, ya afirmó que esta será “muy efectiva contra la covid-19” y que tendrá “un impacto inmediato”.

No obstante, para Kenneth Frazier, director ejecutivo del gigante farmaceútico alemán Merck, el entusiasmo que se vive respecto a la futura cura contra el SARS-CoV-2 tiene lados negativos que no son advertidos por la mayoría del público.

En entrevista con la Escuela de Negocios de Harvard, Frazier aseguró que prometer posibles fechas para el lanzamiento de la inoculación es un perjuicio serio y que este mismo tipo de anuncios ayuda a que políticos desinformen.

“Pienso que cuando la gente le dice a la población que habrá una vacuna a fines de 2020, por ejemplo, hacen un grave daño al público. No queremos apurar la vacuna hasta antes que hayamos hecho ciencia rigurosa. Hemos visto esto en el pasado, por ejemplo con la gripe porcina. Esa vacuna hizo más mal que bien. No tenemos un gran historial introduciendo vacunas rápidamente en medio de una pandemia. Tengamos eso en mente”, partió.

“El segundo punto que pienso que es muy importante es que cuando le decimos a la gente que la vacuna viene, permitimos que políticos le digan a la gente no hacer lo que necesitan como usar las malditas mascarillas. Estábamos tan poco preparados para esta pandemia. Ni siquiera es chistoso, en varios niveles”, agregó.

Gente “hambrienta” de volver a la normalidad

En el contacto, Frazier cifró en 160 los programas que actualmente están intentando producir una vacuna contra la covid-19 y explicó por qué crearla tarda tanto.

“Pienso que el récord por la vacuna más rápida en ser traída al mercado fue de Merck con la de paperas. Tomó cerca de cuatro años. Nuestra más reciente vacuna para el ébola tardó cinco años y medio”, comenzó.

“¿Por qué toma tanto? Primero se requiere una evaluación científica rigurosa. Y aquí ni siquiera entendíamos al virus o cómo afecta al sistema inmune. Partimos con una espícula viral como antígeno. Lo que esperamos ser capaces de hacer con estos enfoques es crear una vacuna que podamos estudiar rápido que sea tanto segura como efectiva y que dure. Esos son tres problemas diferentes. Nadie sabe si alguno de estos programas producirá una vacuna así”, complementó.

“Lo que más me preocupa es que el público está tan hambriento, desesperado de volver a la normalidad que están pidiendo que hagamos las cosas más rápido. Pero finalmente si vas a usar esta vacuna en miles de millones de personas, mejor saber qué hace la vacuna”, aseveró.

“Hay varios ejemplos de vacunas en el pasado que al final no entregaron protección. Desafortunadamente hay casos en los que no solo no confirió protección, sino que ayudaron al virus a invadir células. Tenemos que ser cuidadosos”, alertó.

A modo de cerrar esa parte de la conversación, Frazier señaló que en los últimos 25 años hay habido solo siete vacunas verdaderamente nuevas y eficaces que fueron introducidas a nivel mundial.

“Cuando digo nuevas, eso significa que fueron efectivas contra un patógeno para el cual antes no había vacuna. Merck tiene cuatro y el resto del mundo tiene tres. No quiero alardear. Hay varias cosas en las que hemos estado trabajando desde los años 1980. Hemos estado tratando de obtener una vacuna contra el VIH desde esa década y no hemos tenido éxito“, cerró.