El pasado lunes, al sur de Madrid, en el Barrio Usera, un suicidio estremecía a toda una comunidad.

En la calle Nicolas Godoy, un edificio de seis pisos tenía en uno de sus departamentos a un joven de 16 años, quien había faltado a clases desde la semana pasada. Tan solo el jueves anterior, le decían a su madre en el colegio que todo andaba bien con sus notas y comportamiento. Que no había algún problema con él.

No era así. Al filo del medio día, decidió acabar con su vida, al lanzarse al vacio. Antes, dejó a su madre el mensaje telefónico: “Me voy, me robaban, me hacen la vida imposible”.

Uno de sus vecinos lo vio minutos antes hacer un primer intento de quitarse la vida. Lo mandó a gritos hacia adentro: “Que te metas, que te metas“, le decía. No funcionó y pese a que alertaron a la policía, esta ingresó unos segundos tarde a la vivienda. Tanto así, que alcanzaron a ver los pies del joven cayendo.

ASER
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“El boliviano”

Cuando las autoridades españolas iniciaron la investigación de quienes le hacían la vida imposible, tal como él lo denunció, los compañeros de la víctima hablaron del tema.

Sitúan entre el principal responsable a “el boliviano”, un joven de 17 años, que tal como lo ubica su apelativo, es originario de Bolivia y lo sometía a constantes episodios de acoso, con la participación de otros estudiantes.

La víctima tenía solo un mes de residir en Madrid junto a su madre y hermano. Según las indagaciones, en el mensaje suicida, explicaba también que le había afectado el cambio de Galicia a la capital española, sumado a la separación de sus padres.

No obstante, el acoso escolar que había ejercido “el boliviano”, habría sido la gota que derramó su ansiedad. El joven suramericano le había robado anteriormente el celular y hasta las llaves de su casa. No solo lo hacía con él. De hecho, tiene varios expedientes abiertos, no asiste a clases con regularidad, entre otras irregularidades.

El pasado miércoles, en medio de las pesquisas, la policía española retuvo al joven boliviano para indagar si tuvo o no participación en los hechos que los demás alumnos describieron en el Instituto Ciudad de Jaén.

El Español
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Segundo suicidio en 5 años y sin protocolo antibullying

El caso tiene nerviosa a la comunidad educativa madrileña y a sus apoderados. El suicidio del joven estudiante de Jaén, no ha sido el único de esta institución.

Hace años un suceso similar estremecía a su comunidad educativa. Arancha, es la estudiante de 16 años quien se suicidó debido a que uno de sus compañeros la acosó durante tres meses en los que ejerció contra ella, abusos que iban en golpes y otro tipo de extorsiones, tal como lo informa en una de sus notas El Español.

El Español
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Aún y cuando la contingencia ya avisaba a sus autoridades la importancia de establecer un protocolo contra el bullying, la investigación que derivó en la identificación del joven acosador de Jaén, también arrojó otro diagnóstico preocupante: esta institución no cumplió al instalar un plan para contener nuevos casos de acoso.

La investigación continúa su curso en Madrid, un joven suramericano quien también necesita apoyo psicológico, está a merced de un tribunal de menores y una madre llora la partida de un hijo, quien no pudo contarle a tiempo el calvario por el que atravesaba, en este nuevo caso que pone en discusión la necesidad de estar cada vez más alerta ante estas posibles practicas de nuestros hijos o en contra de estos.

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