Indignación mundial causó la decisión de la justicia española por el caso La Manada. Y es que el grupo de cinco hombres fue condenado por abuso sexual continuado y no por violación contra una chica de 18 años en medio de la fiesta de San Fermín.
De acuerdo al historial, el grupo grabó a la mujer mientras se producía el “abuso” -en palabras de tribunales españoles-, y luego alardearon de la acción en un grupo de Whatsapp.
Las pruebas que comprobaban lo ocurrido iban desde estas conversaciones online, hasta los videos. Esto último, punto clave de la investigación.
Y es que el tribunal decidió condenarlos sólo por abuso sexual. La sentencia, incluso, estuvo a punto de dar pie atrás luego que un juez quisiera absolverlos de todo delito.
Se trata del magistrado Ricardo González, quien manifestó que los gestos de la joven, en las imágenes, podrían sugerir “excitación sexual”.
“La expresión de su rostro es en todo momento relajada y distendida y, precisamente por eso, incompatible a mi juicio con cualquier sentimiento de miedo, temor, rechazo o negativa”, sostuvo.
Sus palabras resonaron fuerte en gran parte del globo, generando un rechazo que se canalizó en manifestaciones públicas en las principales ciudades de España y el mundo.
No obstante, una de las muestras de apoyo que más ha llamado la atención en los últimos días es la del Convento compuesto por las Carmelitas Descalzas de Hondarribia, de la provincia Guipúzcoa.
A través de su página de Facebook, explicaron que “nosotras vivimos en clausura, llevamos un hábito casi hasta los tobillos, no salimos de noche (más que a Urgencias), no vamos a fiestas, no ingerimos alcohol y hemos hecho voto de castidad. Es una opción que no nos hace mejores ni peores que nadie”.
La administradora de la página, Patricia Noya (quien escribió a nombre de todas sus hermanas), aclaró que es una opción que las hace “libres y más felices que a muchos”.
“Y porque es una opción libre, defenderemos con todos los medios a nuestro alcance (este es uno) el derecho de todas las mujeres a hacer libremente lo contrario sin que sean juzgadas, violadas, amedrentadas, asesinadas o humilladas por ello”, expresó.
“HERMANA, YO SÍ TE CREO”, manifestaron.
En conversación con el medio Verne, del diario español El País, Noya enfatizó en que “simplemente hemos reaccionado como todas las mujeres y hombres normales: con estupor y sentimiento de impotencia.
“Nos resulta curioso que llame tanto la atención que un grupo de monjas reaccionen de esta forma; que tengamos hábitos diferentes no significa que estemos fuera del mundo. Este tipo de cuestiones también nos pertenecen”, sentenció.
En los últimos días, la Fiscalía de Navarra anunció que apelarán a la polémica sentencia contra estos cinco hombres, que fueron condenados a nueve años de prisión. Esto, puesto que la institución considera que los actos “son constitutivos de un delito de agresión sexual (violación) y no solo de abuso sexual”
