La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró que el Gobierno del presidente Biden está haciendo “todo lo posible” para evitar un cierre de la Administración federal.
Si se produce, se busca mitigar su impacto en la recuperación económica y otras áreas prioritarias.
Psaki se refirió durante su rueda de prensa diaria a la posibilidad de que la Administración federal se vea abocada a un cierre.
Esto, por falta de fondos a partir del 1 de octubre, si el Senado no aprueba el paquete legislativo que ya recibió el visto bueno de la Cámara Baja.
La iniciativa avalada por la Cámara de Representantes prevé extender la financiación del Gobierno hasta diciembre al suspender el techo de deuda.
Ahora requerirá de al menos diez votos de los republicanos en el Senado que se sumarían a los de los demócratas.
Sin embargo, los republicanos se oponen a la posibilidad de elevar la capacidad de endeudamiento público. Esto dio paso a una serie de negociaciones en busca de un consenso.
“Estamos dando todos los pasos que podamos para mitigar los impactos de un posible cierre”, afirmó Psaki, quien consideró que los períodos de suspensión de actividades de la Administración federal “son increíblemente costosos, perturbadores y dañinos”.
Biden y eventual cierre
La portavoz apuntó que un eventual cierre no afectaría a las agencias de salud pública, entre ellas los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que lideran la repuesta de la Administración de Biden a la pandemia de la covid-19.
No obstante, admitió que “no sería beneficioso” para la estrategia contra la pandemia que una parte del gobierno federal se paralice “de repente”.
En todo caso, subrayó que están haciendo “todo lo posible” para evitar una paralización.
Consultada sobre una versión que circuló hoy en la prensa sobre la posibilidad de que la oficina de Administración y Presupuesto (OMB, en inglés) pida a las agencias federales que se preparen para un posible cierre, Psaki reconoció que se trata de un “paso de rutina”, cuando faltan siete días para que venza el plazo.
Indicó que la OMB envía este “recordatorio” a las agencias federales para que estén preparadas por lo que pueda suceder.
La situación sobre el techo de deuda, que pone en riesgo el funcionamiento de la administración estadounidense cada pocos años, se produce porque el Gobierno gasta mucho más dinero del que obtiene a través de impuestos federales.
Solo en 2021, se estima que el Gobierno incurrirá en unos gastos de 5,8 billones y tendrá 3,5 billones de ingresos, lo que dejará un déficit de 2,3 billones, de acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso.