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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Un ataque suicida en el noroeste de Pakistán dejó al menos 16 soldados muertos y 24 heridos, incluyendo 14 civiles, después de que un kamikaze embistiera un convoy en la provincia de Jaiber Pajtunjua. La explosión, durante un toque de queda, provocó daños en dos casas y lesionó a seis niños. El ataque fue reivindicado por el grupo Huzaifa Suicide Bombing Cell, vinculado a los talibanes pakistaníes. Desde 2021, la violencia ha aumentado en la región fronteriza con Afganistán, con Islamabad acusando a Kabul de albergar a insurgentes.

Al menos 16 soldados murieron en un ataque suicida este sábado en el noroeste de Pakistán, informaron autoridades de la administración local y de los servicios de seguridad.

“Un kamikaze se abalanzó con su vehículo lleno de explosivos contra un convoy de soldados” en la provincia de Jaiber Pajtunjua, fronteriza con Afganistán, informó un funcionario citado por EFE.

En la acción otras 24 personas resultaron heridas, entre ellas 14 civiles, dijeron las autoridades. La explosión se produjo mientras estaba vigente un toque de queda en la zona para permitir el paso de convoyes de seguridad durante la mañana, añadió una fuente. Un oficial de la policía local declaró que la explosión había “derrumbado los techos de dos casas, hiriendo a seis niños”.

El atentado tuvo lugar en la región tribal de Mir Ali, en el distrito de Waziristán del Norte, perteneciente a la provincia noroccidental de Jaiber Pajtunjua, una de las más golpeadas por la violencia insurgente en los últimos años.

El ataque fue reivindicado por el grupo Huzaifa Suicide Bombing Cell, una célula afiliada a Aswad ul Harb, a su vez vinculado con el grupo Hafiz Gul Bahadar, una facción de los talibanes pakistaníes.

Aumento de los ataques en Pakistán

Las fuerzas de seguridad acordonaron la zona y comenzaron una operación de búsqueda ante la posibilidad de que hubiera otros insurgentes en los alrededores del lugar del ataque.

La violencia ha aumentado en el oeste de Pakistán, zona fronteriza con Afganistán, desde el regreso al poder de los talibanes en Kabul en el verano de 2021. Islamabad acusa a su vecino de no desalojar a los rebeldes que utilizan su territorio para atacar a Pakistán, algo que Afganistán niega.

El año 2024 fue el más mortífero en casi una década en Pakistán, con más de 1.600 muertos, casi la mitad de ellos soldados y policías, según el Centro para la Investigación y Estudios de Seguridad de Islamabad.

En lo que va de 2025, cerca de 290 personas, en su mayoría miembros de las fuerzas de seguridad, han sido asesinadas en actos de violencia llevados a cabo por grupos armados en lucha contra el Estado.