Cientos de personas protestaron este viernes en Dacca por la muerte anoche en prisión del escritor bangladesí Mushtaq Ahmed, que fue detenido por supuestamente difundir rumores en las redes sociales sobre el covid-19, un arresto que se produjo bajo la controvertida ley de control informativo.

Ahmed perdió el conocimiento el jueves por la mañana en una prisión de alta seguridad en el centro del país y horas después de que lo trasladasen a un hospital lo declararon muerto.

Indignados, cientos de manifestantes salieron hoy a las calles para condenar lo sucedido.

Las protestas comenzaron por la mañana en el campus de la Universidad de Dacca y luego se extendieron a una de las principales intersecciones de la capital, que fue bloqueada por los manifestantes, en su mayoría miembros de organizaciones estudiantiles de izquierda.

“Esto es un asesinato debido al comportamiento fascista del Gobierno. Exigimos un juicio por el asesinato”, afirmó Nasir Uddin Prince, líder del Frente Socialista Estudiantil y participante en la manifestación.

Prince demandó además la liberación de todos los detenidos bajo la controvertida ley de control informativo y su abolición.

Otro grupo de estudiantes celebró también en la misma zona un funeral simbólico y oraciones por Mushtaq Ahmed.

El escritor fue arrestado el pasado 6 de mayo, junto al dibujante de viñetas políticas Ahmed Kabir, por la supuesta difusión de rumores en las redes sociales sobre la pandemia, y luego fueron acusados de dañar la imagen del presidente fundador del país, Sheikh Mujibur Rahman, y el espíritu de la guerra de independencia de 1971.

A ambos se les negó la libertad bajo fianza varias veces.

El fallecido, conocido popularmente como Mushtaq, se hizo famoso como criador de cocodrilos antes de convertirse en escritor con la publicación de su aclamado primer libro “Crocodile Farmer’s Diary” (Diario de un granjero de cocodrilos).

Críticas de activistas

Organizaciones defensoras de los derechos humanos criticaron los arrestos bajo la Ley de Seguridad Ciudadana de Mushtaq y el caricaturista Kishore, que todavía permanece encarcelado, como “un intento de reprimir las críticas al Gobierno”.

“Las autoridades ahora tienen la responsabilidad de abrir una investigación transparente e independiente sobre las circunstancias de la muerte de Mushtaq Ahmed”, afirmó la directora de Human Rights Watch (HRW) para el Sur de Asia, Meenakshi Ganguly.

La activista espera que este suceso “devastador” lleve al Gobierno liderado por la Liga Awami a dejar de perseguir a las voces críticas y retire la draconiana ley, dejando en libertad sin cargos a todos los detenidos bajo la norma.

El miembro de Amnistía Internacional para el Sur de Asia Saad Hammadi comparte la misma opinión.

“Nadie debería morir por ejercer su derecho a la libertad de expresión”, subrayó el activista.

La polémica ley fue aprobada en septiembre de 2018 con objeto de penalizar la “propaganda negativa” sobre símbolos del país como la Guerra de Liberación o el presidente Sheikh Mujibur Rahman, fundador de Bangladesh y padre de la actual primera ministra, Sheikh Hasina.

Periodistas y editores bangladesíes advirtieron entonces de que la ley limitaría la libertad de expresión.

Según Amnistía Internacional, desde que entró en vigor la norma se han presentado más de un millar de casos, de los que algo más de 200 han sido desestimados por falta de pruebas.