El presidente de Bolivia, Luis Arce, negó este jueves el encubrimiento al narcotráfico en el país y manifestó que hay una "coincidencia" con países como Brasil, Colombia, Paraguay y Uruguay de "regionalizar" esta lucha para intercambiar información y lograr operativos "exitosos".

“Vamos a seguir luchando contra el narcotráfico en nuestro país, nosotros jamás vamos a encubrir ninguna operación de narcotráfico en nuestro país, por supuesto condenamos todo ello”, dijo el presidente de Bolivia, Luis Arce en una diálogo con los medios.

Agregó que el narcotráfico es un “atentado contra la economía” y contra la “juventud” que es lo que le preocupa como mandatario.

Además, defendió que la lucha contra el narcotráfico en Bolivia es “exitosa” ya que eso es lo que demuestran los operativos que se realizan, por lo que van a mantener esa “política”.

De la misma manera, Arce señaló que tuvo conversaciones con mandatarios de otros países como Luis Inácio Lula Da Silva, de Brasil; Luis Lacalle, de Uruguay; Santiago Peña, de Paraguay, y que recibió una invitación del presidente de Colombia, Gustavo Petro, para asistir a una reunión en los próximos días sobre el narcotráfico.

“Hay una coincidencia de que tenemos que regionalizar la lucha contra el narcotráfico, tenemos que intercambiar información de manera muy directa e inmediata de lo que maneja cada una de las fuerzas especiales que controla el narcotráfico en cada uno de los países”, sostuvo Arce.

Esto ayudaría a que los países de la región tengan “información oportuna” que permita que se realicen “operativos exitosos”.

El expresidente Evo Morales, quien es líder del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), ha manifestado en reiteradas ocasiones que hay “protección al narcotráfico” desde el Gobierno de Arce y que la percepción del país en el exterior es que Bolivia es “exportador de cocaína” y lamentó que no escuche las advertencias.

Esas declaraciones se dieron en medio de una pugna interna en el MAS, que comenzó a finales de 2021, Morales y sus seguidores han denunciado varias veces una supuesta protección al narcotráfico por parte del Gobierno, algo que las autoridades nacionales rechazan.

Hace más de un mes es buscado en Bolivia el presunto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, quien logró establecerse en el país con documentos de identidad falsos, fundar y jugar en un equipo de fútbol de segunda división y manejar grandes cantidades de dinero sin que esto levantara sospechas.

Marset ha difundido dos videos desde la clandestinidad en el que agradece al director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) por alertarle de su búsqueda y en el otro dijo que está fuera de Bolivia y advirtió que si habla “la política de Bolivia se va a la mierda (…) se les complica”.

Esta semana el ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, realizó un informe sobre los operativos contra el narcotráfico y manifestó que la mayoría de fábricas de drogas destruidas se encuentran en el Chapare, en el Trópico de Cochabamba, región de la que Evo Morales es el líder de los cocaleros.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) estableció en su último informe anual que presentó en noviembre del año pasado que los cultivos de hojas de coca se incrementaron en Bolivia en un 4 %, al pasar de 29.400 hectáreas en 2020 a 30.500 hectáreas en 2021.

La hoja de coca está consagrada en la Constitución de 2009 por sus usos tradicionales y medicinales, pero una parte de la producción se desvía al narcotráfico, además, las leyes reconocen solo dos mercados para la venta de esta planta, uno en la ciudad de La Paz y el otro en Sacaba, en el departamento de Cochabamba.