La epidemia de Covid-19 se está acelerando en Argentina. Se han registrado más de 1.720 muertes en el país trasandino, donde actualmente la mayor parte del territorio está ahora desconfinado, excepto la capital y sus suburbios, que han estado en contención durante 113 días. En Buenos Aires, el descontento aumenta por este prolongado aislamiento. Una manifestación antigubernamental y anti-confinamiento se celebró el jueves en el centro de la ciudad.

Miles de personas con y sin mascarillas se dirigieron hacia el Obelisco. El 9 de julio fue un día festivo nacional en Argentina, con los manifestantes con banderas celestes y blancas en sus manos.

“Yo estoy a favor de la cuarentena, porque es una medida que se supone que da tiempo al gobierno para organizarse. ¡Pero ya han pasado más de 110 días! ¡No puede durar lo que está durando!”, explica a Radio Francia Internacional Julieta Biscayart, de 41 años, una manifestante que pide al gobierno que flexibilice las restricciones.

El número de casos del coronavirus ha ido en aumento en las últimas semanas en el Gran Buenos Aires, de ahí la decisión de las autoridades de ampliar el confinamiento. La capital y sus suburbios representan alrededor de un tercio de la población argentina. Esta decisión no cuenta con la aprobación unánime de un país que ya lleva dos años atravesando una grave crisis económica.

“No estoy de acuerdo con la gestión del gobierno”, dice Mirta Gutiérrez, una joven jubilada muy crítica con la gestión del nuevo presidente Alberto Fernández. “En seis meses, el país está casi destruido. Se destruyen las pequeñas y medianas empresas. A mí también me afecta, porque en mi familia algunas personas han perdido sus trabajos. Estamos muy mal”, agrega.

En otras ciudades del país, como Rosario, también se sintió “el banderazo”

Según la CEPAL, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe, la pandemia provocará una crisis económica que afectará gravemente a la población del subcontinente, que ya padece grandes desigualdades sociales, trabajo informal y sistemas de salud deficientes. Se espera que unos 45 millones de personas caigan en la pobreza.

El confinamiento actual en el Gran Buenos Aires está previsto que dure hasta el 17 de julio, pero como la Argentina acaba de entrar en el invierno austral, es probable que la medida se prolongue más allá de esa fecha.

Diversas consignas

Según constató Perfil, la concentración se convocó por redes sociales, y se extendió en distintos centros urbanos en el país. En la Ciudad de Buenos Aires el epicentro fue el Obelisco, si bien hubo una movilización inicial por la intervención de la empresa Vicentin, en Santa Fe, las consignas de las distintas protestas fueron diversas y confusas, pero la mayoría fueron contra el gobierno o medidas tomadas por la administración de Alberto Fernández.

“Por la libertad de expresión”, “por la propiedad privada”, “contra el kirchnerismo”, “por la justicia”, “por Leuco”, “contra los corruptos”, “por Nisman”, “para defender la democracia”, fueron algunas de las consignas que expresaron manifestantes en el Obelisco, en Mar del Plata, en Avellaneda (Santa Fe), en Córdoba y otras ciudades del interior.

Agence France-Presse
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Sin distancia social ni mascarilla en muchos casos, la gente que salió a protestar lo hizo con fuertes críticas al gobierno o contra medidas tomadas por la actual gestión del Frente de Todos.

Vicentin y Lázaro Báez -el “Contratista K”- fueron dos grandes disparadores del malestar del sector de la sociedad que salió con camionetas y autos o a pie, con fuertes críticas al kirchnerismo y el peronismo, una marcada postura opositora.

La pandemia del coronavirus ni la cuarentena impidieron que la gente saliera a la calle. Algo similar había ocurrido cuando, al comienzo de la cuarentena, la justicia argentina decidió darle domiciliaria a los presos en riesgo por el coronavirus, aunque en ese momento la mayor parte de la gente se manifestó en los balcones.

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