El líder opositor Juan Guaidó moviliza nuevamente este sábado a sus simpatizantes para elevar la presión contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cada vez más cercado por sanciones y amenazas de Estados Unidos.

En medio del hartazgo de millones ante el colapso de los servicios públicos, la jornada marca el inicio de la “operación libertad”, una estrategia del jefe del Parlamento, de mayoría opositora, para organizar a sus seguidores en pro de la caída de Maduro.

Comienza “la escalada de presión más grande que hemos visto en nuestra historia”, anunció el opositor, reconocido como mandatario interino de Venezuela por más de 50 países, en un mensaje telefónico a sus partidarios la noche del viernes.

“Depende de nosotros mantener la presión necesaria para lograr nuestros objetivos”, añadió Guaidó, bajo amenaza de arresto luego de que el pasado martes la oficialista Asamblea Constituyente lo despojara de su inmunidad y autorizara en enjuiciarlo por “usurpar” las funciones de Maduro.

En respuesta, como es habitual, Maduro llamó a sus bases a marchar este sábado “en defensa de la soberanía y contra el imperialismo”.

Agence France-Presse
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La “operación libertad” prevé una movilización nacional hacia el palacio presidencial de Miraflores, en fecha no establecida, según Guaidó, quien igualmente llamó a aprovechar la jornada de este sábado para protestar por la crisis eléctrica.

Desde el apagón masivo del 7 de marzo, el país está sometido a cortes intermitentes, que el gobierno intenta sobrellevar mediante un plan de racionamiento que excluye a Caracas.

EEUU amenaza

El colapso, que afectó el suministro de agua, el transporte y las telecomunicaciones, también obligó a reducir la jornada laboral y a suspender temporalmente las clases.

“¡Estamos cansados, pero tenemos que salir a la calle porque es la única manera de sacar a esta gente!”, dijo Verony Méndez, de 48 años.

Maduro, que atribuye estas dificultades a ataques de Estados Unidos contra la infraestructura hidroeléctrica, pidió a la población almacenar agua en cuanto recipiente tenga, dando a entender que el problema persistirá.

La oposición y expertos responsabilizan de esta crisis a la desidia oficial.

Mientras Guaidó alienta la presión popular, Washington -su más ferviente aliado- sigue apretando las tuercas para asfixiar a Maduro, apoyado por la Fuerza Armada y quien desde el 28 de abril enfrentará un embargo petrolero.

La Casa Blanca sancionó a 34 embarcaciones de la estatal PDVSA y dos compañías que envían crudo venezolano a Cuba. “Este es sólo un primer paso”, amenazó este sábado John Bolton, consejero de Seguridad Nacional estadounidense.

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Además, por pedido del gobierno de Donald Trump, el Consejo de Seguridad de la ONU abordará el próximo miércoles la situación humanitaria del país con las mayores reservas de crudo.

Estados Unidos no descarta una acción armada para sacar a Maduro, mientras Guaidó considera la posibilidad de pedir al Legislativo que autorice el ingreso de una misión militar extranjera.

“En resistencia”

En su contraofensiva, el chavismo inhabilitó a Guaidó, a través de la Contraloría, para ejercer cargos públicos durante 15 años. El diputado desconoció esa medida y el levantamiento del fuero.

“El gobierno está jugando al desgaste de Guaidó, quien hasta ahora se ha logrado mantener con un amplio respaldo popular y político”, señaló el analista Luis Salamanca.

Las movilizaciones opositoras, que no cesan desde enero cuando Guaidó se autoproclamó presidente encargado, cuentan ahora con un factor inquietante, los “colectivos”, a los que Maduro llamó a tener cero tolerancia con las protestas violentas.

Los “colectivos” son las organizaciones de base del oficialismo, pero, según la oposición, un sector ha sido armado y actúa como un grupo paramilitar.

Bolton lanzó una advertencia este sábado al ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, por la acción de esas agrupaciones.

“Todos los ojos están hoy sobre usted. Haga que los militares venezolanos cumplan su responsabilidad constitucional de proteger a civiles inocentes que se manifiestan pacíficamente. No permita que los cubanos o los ‘colectivos’ inflijan violencia”, dijo.

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Pero Larry Moreno, un vendedor de verduras de 65 años, defiende que las fuerzas chavistas están en legítima “resistencia”, y tilda la “operación libertad” de “camuflaje” para una intervención estadounidense.

Pulso de aliados

Guaidó se juramentó después de que el Legislativo declarara a Maduro “usurpador”, alegando que el segundo mandato iniciado el 10 de enero es producto de elecciones fraudulentas.

Durante su gobierno, iniciado en 2013, Venezuela cayó en la peor crisis de su historia moderna, con escasez de alimentos y medicinas y en una inflación que el Fondo Monetario Internacional proyecta en 10.000.000% para 2019.

El líder socialista cuenta entre sus aliados a Rusia, que el pasado 23 de marzo envió dos aviones con una misión militar, provocando el rechazo de la Casa Blanca.

Guaidó “se puede desgastar porque la realidad venezolana es una suerte de gran trituradora de líderes, aunque el suyo tiene varias peculiaridades”, opina Salamanca, quien por ahora descarta que el opositor esté “desinflándose”.