El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este viernes que antes de asumir su mandato someterá a una consulta popular la continuidad o la cancelación de un nuevo aeropuerto que se construye en la capital mexicana, valuado en unos 13.000 millones de dólares.

“Al final de octubre aplicamos una consulta y van a ser todos los ciudadanos los que van a decidir… y ese resultado es el que se va a tomar en cuenta, es decir va a ser una consulta vinculatoria”, dijo López Obrador en una conferencia de prensa sobre el proyecto, cuyo destino ha provocado una virulenta polémica con el empresariado.

El izquierdista conocido como “AMLO”, quien asumirá la presidencia el 1 de diciembre, criticó duramente desde la campaña electoral el proyecto de la nueva terminal al que tildó de ser una “obra faraónica” y cuya implementación estaría plagada de corrupción.

Sus comentarios generaron duras críticas del empresariado, entre ellos del hombre más rico de México, Carlos Slim, quien tiene intereses en la construcción, y de la administración saliente que consideran que la obra es vital para la economía mexicana.

En la votación, cuya metodología no ha sido definida aún, se planteará continuar con el nuevo aeropuerto, que se edifica en el oriente de la ciudad y en cuyo diseño futurista participó el arquitecto británico Norman Foster; o cancelarlo y mantener operando la envejecida terminal actual complementada por una nueva construida sobre la base de un antiguo aeropuerto militar, en otro punto de la megaurbe.

López Obrador ya había asomado la propuesta de consulta, pero no había dado hasta ahora una fecha aproximada y no había dicho qué opciones se votarían.

El costo de una eventual cancelación del nuevo aeropuerto ascendería a 100.000 millones de pesos (5.241 millones de dólares), 60.000 millones por las obras ya realizadas y 40.000 millones por gastos no recuperables, precisó el futuro ministro de Comunicaciones y Transporte del gobierno de AMLO, Javier Jiménez.

“Implicaría negociaciones con acreedores y contratistas y costos que tendrían un impacto considerable en el presupuesto federal de 2019 por la aceleración en el pago de los compromisos financieros”, agregó el futuro funcionario, quien también estimó un “posible impacto negativo en los mercados financieros”.

La obra se construye sobre lo que fue el antiguo Lago de Texcoco en un terreno que se hunde poco a poco y que tiene altas concentraciones de salitre, lo que implicaría elevados costos de mantenimiento y serios daños ambientales, según investigaciones de organizaciones civiles que se oponen al proyecto.

Vecinos de barrios marginales cercanos a la construcción han expresado temor por el impacto de la gigantesca obra.