Cristina Fernández, que gobernó Argentina durante ocho años (2007-2015), es la política más influyente de la oposición pese al perfil bajo que mantiene desde su banca de senadora y a múltiples imputaciones judiciales que la tienen como protagonista.

Cada movimiento suyo vuelve a concentrar la atención política como en sus años de gobierno, escudriñados ahora en la justicia por sospechas de corrupción.

Junto con su marido, el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), marcó una época en la política argentina con un gobierno peronista de centro-izquierda.

Ya antes había habido una presidenta en Argentina, Isabel Perón (1974-1976), quien era vicepresidenta y asumió a la muerte de su esposo Juan Domingo Perón. Pero Cristina Fernández fue la primera mujer electa en ese cargo en 2007. Cuatro años después fue reelegida con 54% de los votos.

Carismática, confrontativa y de oratoria filosa, su figura despertó amores y odios tan radicales que abrieron una “grieta” entre partidarios y detractores que aún perdura.

Para algunos, los Kirchner conformaron una dupla política populista que se enriqueció con el poder mediante una red de corrupción y que aisló al país del contexto mundial, cerrando su mercado y rompiendo reglas financieras.

Para otros, instauraron una política reformista con énfasis en lo nacional y popular que empoderó a las clases sociales más postergadas y logró reducir la pobreza y la desocupación.

Cristina Fernández se enfrentó a los grandes grupos mediáticos, a sectores del poder judicial, a la patronal agraria y del empresariado, así como al poder financiero internacional.

Albores

Nacida en Buenos Aires en un hogar de clase media baja, su padre fue chofer de autobuses y su madre ama de casa. Tiene una hermana médica.

Estudió Derecho en la Universidad de La Plata donde conoció a Néstor Kirchner.

Juntos tuvieron dos hijos, Máximo, actual diputado, y Florencia, la menor y especialista en artes visuales, que le han hecho abuela de tres chicos.

Cristina Fernández inició su carrera política en Santa Cruz (sur), la provincia natal de su marido y de la que fue gobernador por tres mandatos antes de ser elegido presidente en 2003.

Antes de llegar a la presidencia, fue diputada y senadora por Santa Cruz.

Sus detractores le reprochan arrogancia y la describen como una mujer adicta al botox y al maquillaje. Los bolsos de lujo son el elemento fetiche de su costado más frívolo.

De confesión católica, se acercó al papa Francisco y cerró el camino a una ley del aborto en el Congreso durante su gobierno.

Sin embargo, la semana pasada apoyó con su voto favorable en el Senado un proyecto de legalización del aborto que finalmente fracasó.

Durante su presidencia, Argentina aprobó el matrimonio igualitario, pionero en América Latina.

En la diplomacia, Fernández se alineó con América Latina y cortó con ese Buenos Aires que miraba a Europa y Estados Unidos, una política exterior que se había profundizado en la década de 1990 durante la gestión del peronista Carlos Menem.

Periplo judicial

“En mi gobierno hubo hechos de corrupción, es innegable y deben responder”, admitió hace un tiempo cuando un exfuncionario de su gobierno fue arrestado por esconder bolsos con nueve millones de dólares en un convento.

“Pero tachar a todo un gobierno de corrupción por unos funcionarios, no”, dijo entonces la expresidenta, que denunció persecución por las varias causas abiertas en su contra.

Investigada por presunto enriquecimiento ilícito, imputada en una causa de sobornos, acusada de traición a la patria y mal desempeño de funcionaria pública,
Cristina Fernández ha sido llamada varias veces ante los tribunales.

“Preferiría no volver (a la política), pero soy la que puede hacer la oposición más firme”, dijo en 2017 cuando ganó una banca en el Senado.

Sus fueros la protegen de ir a prisión en caso de condena.

Con un pedido de la justicia para allanar sus domicilios, es nuevamente protagonista de los titulares en Argentina donde está en la palestra un escándalo de corrupción que involucra a decenas de empresarios de primera línea y varios ex altos funcionarios

Las causas que enfrenta ante la justicia

La Deutsche Welle hizo un resumen con las causas judiciales que enfrenta Fernández, ninguna de las cuales la ha llevado a prisión, debido a su fuero parlamentario, ni tiene sentencia firme.

Vialidad Nacional u Obra Pública

El juez federal Julián Ercolini elevó a juicio oral el 3 de marzo de 2018 la causa en la que la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner está procesada por asociación ilícita y fraude. Se la acusa de haber favorecido ilegalmente a las empresas de Lázaro Báez.

Según el juez Ercolini, el kirchnerismo creó una estructura, que habría funcionado entre 2004 y 2015, con el fin de beneficiar a Báez con contratos por decenas de millones de pesos para obras viales en la provincia de Santa Cruz, en el sur del país.

Los contratos habrían sido irregulares y se habrían otorgado 52 licitaciones al Grupo Austral, con un perjuicio para el Estado de 46.000 millones de pesos. Se habla también de la aplicación de sobreprecios del 65 por ciento, anticipos para la obra de más del 30 por ciento, falta de controles y de certificaciones.

Luego, Báez habría “vehiculizado en parte los fondos a las manos privadas de quienes entonces eran funcionarios públicos, como Néstor y Cristina Kirchner” (causas “Los Sauces” y “Hotesur”). De ese modo, los exfuncionarios kirchneristas, entre ellos, el exsecretario de Obras Públicas José López, habrían sacado ilegalmente el dinero fuera del país.

De ahí deriva la investigación sobre la “ruta del dinero K”, denunciada en 2013 por el periodista Jorge Lanata y que comenzó a investigar el juez Sebastián Casanello inmediatamente después.

También habría indicios de que la empresa Odebrecht, implicada en el caso “Lava Jato” en Brasil, pagó sobornos por licitaciones de obras públicas en Argentina.

Memorándum con Irán

Esta causa por el encubrimiento del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) también fue elevada a juicio oral por el juez Claudio Bonadio y tendrá ocupada a Cristina Fernández de Kirchner, imputada junto con el excanciller Héctor Timerman, entre otros.

En la causa se investiga si detrás de la firma del Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán, en el marco de la causa AMIA, se urdió un pacto fraudulento para revivir el comercio entre ambos países, dotando de inmunidad a los iraníes sobre los que pesan alertas rojas de Interpol.

A CFK se le dictó en esta causa prisión preventiva, pero permanece en libertad por los fueros parlamentarios. El juicio comenzaría en 2019.

Los Sauces

Se inició en abril de 2015 por la denuncia de la diputada Margarita Stolbizer de adulteración de documentos públicos, posible pago de coimas y lavado de dinero.

El juez Carlos Rívolo también habló en 2017 de “negociaciones incompatibles con la función pública”. Los Sauces es uno de los hoteles de la ex familia presidencial. La firma Los Sauces se creó en 2006, cuando Néstor Kirchner era presidente de Argentina.

La expresidenta ya fue procesada. Ella y su hijo Máximo ya estaban imputados en la causa, pero por presunto “enriquecimiento ilícito”. Fueron acusados por asociación ilícita y lavado de dinero, y se le embargaron 130 millones de pesos argentinos a CFK, la misma suma a su hijo, y 100 millones de pesos a su hija Florencia.

Hotesur

Es otra de las causas contra CFK por supuesto lavado de dinero junto a su marido, el fallecido expresidente Néstor Kirchner. En ella se investiga la actividad hotelera del matrimonio, en asociación con Lázaro Báez y José López.

El expediente Hotesur estudia la contratación de habitaciones en los hoteles del matrimonio Kirchner por parte de diferentes empresarios, por un monto de dinero que, se sospecha, podría haber tenido como fin blanquear presuntos “retornos” derivados a obras públicas. Aquí se enlazaría la “ruta del dinero K”, en la que Báez habría transferido los 55 millones de euros fuera del país de manera ilegal.