Pese a que el incendio consumió todos sus enseres de trabajo y su casa, el joven emprendedor optó por ayudar a sus vecinos en la remoción de escombros. El llamado del damnificado fue escuchado y una empresa le regaló una nueva grúa horquilla.

Tras los devastadores incendios que afectaron la región de Valparaíso, muchas familias perdieron absolutamente todo, incluso su fuente laboral. Tal fue el caso de Francisco Guerrero, un vecino del sector El Salto, de Viña del Mar, que terminó con su hogar y su negocio de reciclaje de metales destruidos por el fuego.

En conversación con CHV Noticias, el emprendedor de 30 años explicó que logró salir ileso de los incendios que azotaron la zona a inicios de febrero. Y pese a que perdió todos sus enseres de su fuente de trabajo, entre ellos una grúa horquilla y un camión de carga, optó por ayudar a su comunidad en la remoción de escombros con el único camión que se salvó.

“Yo reciclo chatarra que no es peligrosa y se me quemó todo, se quemó mi camión, se me quemó mi grúa horquilla, se me quemó mi casa, donde yo vivía acá, un container que era mi oficina. No tengo a nadie que me venga a ayudar, estoy solo”, dijo en esa oportunidad.

Además, el joven reveló que su maquinaria no tenía seguro: “Fueron 72 millones de pesos en que me quede endeudado. No tenía (seguro), no le saqué nada, no pensé que iban a pasar estas cosas”.

Mi pretención era algún día tener una fundidora y ayudar al medioambiente, pero con esto, se me fue todo el proyecto. No sé qué hacer. Ojalá lleguen los chatarreros grandes, de todo el país, ojalá me estén viendo y se pongan la mano en el corazón, porque yo tengo 30 años y me encanta esto”, expresó en la entrevista con CHV.

Donan grúa a chatarrero que lo perdió todo incendios

El llamado del joven no tardó en ser escuchado, pues Jungheinrich, una empresa de origen alemán con presencia en Chile, le donó una grúa horquilla completamente nueva, luego que el fuero dejó inutilizable su anterior máquina.

“Me estoy ahorrando todos los dolores de espalda. Boté 30 mil kilos solo, compadre, con mi señora. Yo pensé que la empresa alemana me estaba lesiando (sic). (Ahora) voy a poder mover escombros, (y) ayudar a todas las personas… ¡Es una locura!“, exclamó con una evidente felicidad el hombre.