Tuvo que pasar un año y dos meses para que la pandemia permitiera que los fans de Marvel pudiesen ver Black Widow, la muy esperada película en solitario de Natasha Romannoff (Scarlett Johansson).
Y al parecer valió la pena, porque se convirtió en el mejor estreno desde el inicio de pandemia, tanto en cines como en Disney+. Además consiguió grandes críticas de parte de expertos y fanáticos.
El filme dirigido por Cate Shortland llega dos años después Avengers: Endgame, donde conocimos y lloramos el desenlace del personaje Scarlett Johansson.
Pese a eso, la película se sitúa tras los eventos de Captain America: Civil War, en un momento donde Natasha y Steve Rogers se encuentran prófugos de la justicia luego de rechazar los Acuerdos de Sokovia, que limitaba el poder de los Avengers.
¿Pero por qué la película se ambienta en ese momento específico de la historia?
La historia que fue escrita por Jac Schaeffer y Ned Benson, y desarrollada por el guionista Eric Pearson, nos da un vistazo de lo que fue la vida de Natasha antes de unirse a SHIELD, pero también nos lleva en un crudo recorrido por su infancia, su única experiencia familiar -para una misión con espías soviéticos- y su duro entrenamiento en el Red room.
“Cuando me uní a la producción, Scarlett -que también es productora ejecutiva- y Cate -la directora- habían estado hablando de la idea de esta familia, de una historia donde la banda se reúne”, reveló en una conversación con BioBioChile.
“Pero para mí la diferencia clave, es que yo sentía que Natasha era un personaje específico antes de Civil War y luego en Infinity War y Endgame se sentía un poco más emocionalmente abierta, al menos para mí”, añadió.
“Entonces en mi mente sentía que algo interesante había pasado entre esas películas, algo que cambió quién ella era fundamentalmente”, dijo.
Los dos caminos de Natasha
Según Pearson, él trató de abordar el personaje desde ese punto de vista y considerando siempre las dos vidas de Nat: su infancia en el Red Room -donde no tenía poder sobre su propia vida- y su giro como defensora del mundo.
“Una vez que ella estuvo en SHIELD y en los Avengers, estuvo a cargo de su propia narrativa, ella podía decir: ‘Esta soy yo, esto es lo que puedo dar. Esto es lo que estoy dispuesta a que conozcas de mí’. Ella estaba a cargo de todas esas decisiones. Y además estaba rodeada de muchas personas, muchos hombres que les gustaba escucharse hablar, y ella podía abstenerse de hablar y hablar sólo cuando necesitaba hacer un impacto”, dijo.
Pearson incluso reflexiona que a su modo de ver, “ella sentía que podía borrar todo lo que pasó antes de eso, pero en realidad no puedes”.
“Como ser humano, como persona que tiene sentimientos, relaciones, no puedes decir que nada de eso pasó y creo que esa es la crisis personal que buscábamos resolver en esta película”.
“Y esa realidad vino en la forma de Yelena (Florence Pugh), Alexi (David Harbour) y Melina (Rachel Weisz), estas personas de las que no le había contado a nadie”, continuó.
“En su mente ella pensaba, ‘Ok, esa parte de mi vida terminó’. Pero no terminó, seguía en su mente y en su corazón. Tendría que lidiar con eso eventualmente… y a menos que se reconciliara con eso emocionalmente, no podría avanzar con su vida”.
El gran legado de Natasha
Pearson también colaboró en el guion de Infinity War y Endgame, por lo que tenía claro el sacrificio de Natasha cuando comenzó su proceso de Black Widow.
“Lo que amo del personaje de Black Widow es que ella es misteriosa, es oscura y no sabes todo acerca de ella”, reconoció. “(Gracias a que sabíamos de su sacrificio), me hizo pensar que era el momento para develar algunos de esos momentos de su pasado y rendir tributo a quién era y cómo se convirtió en quién era”, aseveró.
Además, permitió conocer su lado más vulnerable gracias a su interacción con Yelena. “Creo que lo genial de ellas es que ambas son mujeres fuertes y la diferencia entre ellas es que Nastasha es más emocionalmente reservada y Yelena es más emocionalmente desnuda. Creo que la forma en que aprenden la una de la otra es maravilloso”.
Pero eso no era todo, ya que la producción también buscó ir más allá y entregar un mensaje de empoderamiento, a través de los ojos de Natasha, un ícono para muchas niñas y mujeres.
“Espero que (puedan rescatar la idea de) ser ellas mismas, tratar de ser la mejor versión de sí misma y no ser muy duras consigo misma”, explicó el guionista.
“La gente puede cometer errores, pero eso no te hace una mala persona. Las personas pueden errar, pero puedes aprender de eso, cambiar de idea y seguir creciendo. No necesitas seguir culpándote o viviendo en el pasado, siempre se puede mejorar y hacerlo mejor“, dijo.
De hecho, la cinta utiliza a su villano Dreykov (Ray Winstone) como una especie de metáfora para alimentar este mensaje.
Según el escritor, Dreykov “es un matón cobarde que subyuga a estas mujeres psicológica y químicamente, y las hacen sentir que no valen nada, también usando el trauma de su pasado”. No obstante, tanto Yelena como Natasha logran salir de ese círculo.
Post crédito
El final de la película, también deja en claro que Yelena relevará a su “hermana” en el futuro en el MCU, y aunque el guionista no pudo entregar mayores detalles, sí aseguró estar ansioso.
Para quienes no han visto dicha escena, en ella podemos ver a Yelena visitando la tumba de Natasha.
Allí se encuentra con Valentina Allegra de Fontaine, quien le entrega su próximo target, nada menos que el hombre “responsable de la muerte de tu hermana”: Clint Barton.
“Implica que algo pasará, pero no sé dónde irá, pero estoy seguro que lo descubriremos juntos”, cerró.