El actor rompió su silencio tras haber llegado a un acuerdo con sus demandantes. “Admito que me acosté con estudiantes y eso estuvo mal. Nunca debió haber pasado", señaló en su primera entrevista sobre el tema.

A casi tres años del inicio de las denuncias en su contra, James Franco rompió su silencio tras ser acusado y demandado por abuso y acoso sexual por parte de un grupo de mujeres, entre ellas algunas de sus estudiantes.

Lo hizo a través del podcast The Jess Cagle, de la firma SiriusXM, donde reconoció haber sido adicto al sexo y haber mantenido relaciones sexuales con las alumnas de su otrora escuela de teatro.

En total, cinco mujeres fueron quienes lo acusaron de acoso y abuso sexual mediante un articulo de Los Angeles Times en enero 2018. Por esos días, Franco definió las acusaciones como alegatos de mujeres “hambrientas de atención”.

“Admito que me acosté con estudiantes y eso estuvo mal. Nunca debió haber pasado… Supongo que en ese momento, mi pensamiento era que si era consensuado, estaba bien… No quería lastimar a nadie”, confesó.

Sobre el silencio que guardó todo este tiempo, recordó: “En 2018, hubo quejas sobre mí y, en ese momento pensé que tenía que quedarme callado. Tenía que hacer una pausa. No parecía el momento adecuado para decir nada. Había gente que estaba molesta conmigo y necesitaba escuchar”.

En los últimos 5 años, según Franco, ha estado tratando dicha adición: “Es una droga tan poderosa… Nunca pude serle fiel a nadie”, reconoció la actual pareja de Isabel Pakzad.

“He estado trabajando mucho. Yo estaba recuperándome por abuso de sustancias. Y hubo algunos problemas con los que tuve que lidiar que también estaban relacionados con la adicción. He usado mi experiencia (en adicciones) para cambiar quién era”, dijo.

En junio pasado, Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal, dos de las estudiantes que lo demandaron, llegaron a un acuerdo con Franco por dos millones de dólares.