El fallecido excandidato presidencial fue dueño y representante de una serie de unidades de variados negocios, desde el rubro minero, automotriz, hasta supermercados y AFP. Esa trayectoria no estuvo libre de polémicas, que incluyeron detenciones, deudas, golpiza de parte de un trabajador y hasta acusaciones por supuesta trata de personas.

Ayer lunes se confirmó el fallecimiento del empresario, exsenador y excandidato presidencial, Francisco Javier Errázuriz Talavera (81 años), conocido como “Fra-Fra”.

Pese a incursionar en la política, mantuvo en paralelo una vida empresarial en la cual destacó en varios negocios, pero sin quedar exento de polémicas y turbulencias en ese camino.

Tras egresar de la carrera de Agronomía en la Pontificia Universidad Católica de Chile, comenzó a comprar fundos y logró llegar a puestos gerenciales en algunas firmas del rubro de su profesión.

Una vida empresarial con varias turbulencias

Uno de los cargos más importantes que consiguió Errázuriz fue el de representante en Chile de la marca automotriz Nissan, en 1976.

Luego, con la llegada de los años 80′ y el sistema de capitalización individual, creó dos Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), Planvital e Invierta.

En paralelo, el ingeniero agrónomo desarrolló negocios agrícolas en Ecuador, lo que le permitió aumentar sus arcas.

Asimismo, contribuyó a la gestión de las compañías de seguros de vida y generales Renta Nacional y Leasing Nacional; y lideró negocios en el área pesquera, minera y venta de productos en grandes superficies.

A nivel más público, Errázuriz fue conocido por haber adquirido -en 1982- la cadena de supermercados Unimarc, la cual vendió a la familia Saieh en 2007 para poder así pagar las deudas que acumulaba con entidades crediticias estadounidenses.

También en los años 80′ compró el Banco Comercial, el que re-fundó como Banco Nacional. Y con ello, comenzaron sus mayores problemas: la entidad fue intervenida por los entes reguladores por incumplimiento de pagos. El excandidato presidencial incluso fue arrestado por ello en 1992 y acusó que el estrés le provocó un infarto.

Junto con eso último, en Perú le expropiaron una entidad bancaria que era de su propiedad.

Con el paso de los años traspasó la administración de algunos de sus negocios a sus hijos (tuvo siete).

Acusación por “trata de personas”

En 2011, Errázuriz se vio envuelto en otro problema: fue acusado de trata de personas, debido a la supuesta explotación de al menos 54 trabajadores paraguayos en uno de sus fundos ubicado en la región de O’Higgins.

El día de su formalización, el 24 de octubre de ese año, no se presentó, porque sufrió problemas cardíacos que obligaron su internación en la Clínica de la Universidad Católica.

Una semana después, mientras se encontraba bajo observación médica en este recinto, sufrió una caída que le produjo una hemorragia cerebral.

Por ello, Francisco Javier Errázuriz fue considerado “enajenado mental” y se determinó que no enfrentaría a la Justicia.

Otro problema legal en el que se vio envuelto tuvo relación con una de sus mineras (Cosayach): se le apuntó por daño ambiental y extracción ilegal de aguas.

En Europa, hace algunos años, la banca alemana le ordenó pagar una cuantiosa suma de dinero por concepto de créditos impagos.

Golpiza por parte de un empleado

En marzo de 2010, el empresario fue protagonista de un incidente con uno de sus trabajadores y terminó hospitalizado.

Conforme a lo reportado por Radio Bio Bio en esa época, Errázuriz se dirigió con dos amigos hasta su fundo “La Esperanza” de Marchigue con el fin de conocer los daños que ahí había causado el terremoto del 27 de febrero de 2010.

Una vez en el predio, habría increpado a uno de sus empleados por no haber prestado atención a los terrenos, desvinculándolo del cargo.

El trabajador reaccionó violentamente y golpeó a Errázuriz. Luego de eso se fugó y horas más tarde fue detenido.