Se espera que las compras del preciado metal por parte de los bancos centrales se mantengan, dadas las tensiones geopolíticas globales y la búsqueda de depender menos del dólar estadounidense.

El precio del oro, uno de los activos considerados refugio en tiempos de incertidumbre, marcó hoy un nuevo máximo histórico, por encima de los US$2.365 por onza, impulsado por las compras de los bancos centrales, las tensiones geopolíticas y la incertidumbre sobre la política monetaria.

El metal dorado tocó los US$2.365,35 por onza por la mañana, según datos de Bloomberg, pero después perdió fuelle hasta situarse en torno a los US$2.345 a la hora de cierre de los mercados europeos.

Según Carsten Menke, del banco privado suizo Julius Baer, el precio del oro se vio impulsado por una serie de factores, pero “las compras de los bancos centrales parecen haberse convertido en el motor dominante”.

De acuerdo con los datos publicados la semana pasada por el Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés), los bancos centrales continuaron aumentando sus reservas de este metal precioso durante el mes de febrero, aunque a un ritmo menor al registrado en 2023.

Menke cree que las compras de oro físico por parte de los bancos centrales se mantendrán “considerando las tensiones geopolíticas actuales y el deseo de ser menos dependientes del dólar estadounidense“.

No obstante, precisa Menke, no se espera un aumento constante de las compras, “sino más bien una tendencia lateral volátil”.

Al margen de la actuación de los bancos centrales, el experto de Julius Baer señala también como factores a tener en cuenta la demanda de oro por parte de China y de otras instituciones financieras, como los fondos patrimoniales.