Recursos por más de 20 mil millones de pesos para obras de acumulación de agua, distribución y riego en predios, además de asesorías para la confección de los proyectos y para regularizar derechos de uso, tiene a disposición el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) en el presupuesto 2020 para fomentar y apoyar a la Agricultura Familiar Campesina en esta materia.

En comparación al año anterior, se incrementó en un 35,4% el presupuesto de riego, con el objetivo de enfrentar los efectos del déficit hídrico en gran parte de Chile.

En 2019, con un presupuesto de $15.242.297.000, fue posible atender a través de los 6 programas con que cuenta el Departamento de Riego y Energía de Indap a 5.200 usuarios en el país y, este año, la apuesta es ampliar esa cobertura a 7.200 productores con un presupuesto de $20.638.597.000.

El aumento del presupuesto entregado a las direcciones regionales del servicio se acompaña con una focalización de algunos instrumentos en las zonas más afectadas por la sequía.

Además, en atención a la emergencia sanitaria provocada por la propagación del Covid-19, en este período se han flexibilizado los mecanismos de postulación, incorporando opciones a distancia.

“Riego y preservación del agua es un gran desafío para la agricultura, un gran desafío para la agricultura familiar campesina y un gran desafío para Indap. Es por eso que durante este último tiempo hemos incrementando nuestro presupuesto para riego, para que la agricultura familiar campesina pueda acceder a más proyectos en sus procesos productivos”, comentó el director nacional de Indap, Carlos Recondo.

La entidad del Ministerio de Agricultura dispone de 6 programas de atención para las diversas etapas de gestión del agua y las distintas necesidades, según lo requieran sus usuarios pequeños productores, tanto de forma individual como asociativa. Y todos cuentan con aportes no reembolsables y que cubren casi la totalidad de los costos.

El director nacional de Indap agrega que “en el contexto del cambio climático que vivimos, nuestros programas han centrado sus esfuerzos en que la pequeña agricultura sea más eficiente en el uso del agua, avance en número de hectáreas con riego tecnificado (en 2019 fueron más de 3 mil ha) y participe en las organizaciones de regantes que administran el agua”.

El jefe del Departamento de Riego y Energía de Indap, José Manuel Urrutia, destaca que “es un tema súper importante para nosotros la realidad que estamos viviendo con la sequía desde hace unos 10 años. Si bien ha pasado un poco a segundo plano por la pandemia, sigue presente y sin duda que tenemos un tremendo desafío por delante”.

Ante el cambio climático como un fenómeno que condiciona el futuro de la agricultura, Indap ha generado también programas especiales, como el Plan Caprino en Coquimbo, que promueven la adaptación y la innovación para la permanencia de las actividades productivas del campo, variando prácticas tradicionales que hoy ya no cuentan con abastecimiento suficiente de agua o alimento.

Durante 2019 se realizaron talleres para la modernización y adaptación del agro en que participaron más de 600 productores de regiones en emergencia, y el jueves 25 de junio se realizó un seminario abierto con la misma temática liderado por los académicos de la Universidad de Chile, Fernando Santibáñez y Rodrigo Callejas .

“Debemos tener un sistema de producción distinto. En los talleres con nuestros agricultores ellos han podido también contribuir en distintas formas para ir adaptando los sistemas de producción, adaptando la agricultura a esta nueva condición”, apuntó Carlos Recondo.

Detalle de coberturas y requisitos de postulación se encuentran disponibles en Indap.cl, mientras los plazos varían según las regiones.

Estas son las opciones: Programa de Riego y Drenaje Intrapredial (PRI), para usuarios individuales; Programa de Riego Asociativo (PRA), para organizaciones que requieren obras mayores; Programa de Obras Menores de Riego (PROM), para proteger o reparar estructuras ante condiciones climáticas adversas y que este año tiene un enfoque especial en las regiones bajo emergencia agrícola; Bono Legal de Agua (BLA), para entregar certeza jurídica en el uso del agua, y Programa de Estudios de Pre-inversión en Recursos Hídricos y Riego, para la formulación de proyectos y el acceso a consultorías para la optimización del uso del recurso.