La vida de Brian cambió para siempre cuando perdió su ojo por un cáncer, pero no permitió que eso lo detuviera.

Brian Stanley perdió un ojo por un retinoblastoma -cáncer-, quedando la cavidad ocular vacía y… bueno, él lo vio como una oportunidad para crear uno biónico y convertirse en un cyborg viviente.

La historia comenzó desde pequeño, cuando a sus 6 años le diagnosticaron esta forma de cáncer, debiendo sus padres tomar la difícil decisión que le marcó de por vida. Así vivió hasta que llegó a la mayoría de edad, e inició sus estudios superiores.

Fue durante ese período que se convirtió en un maquinista de prototipos, aprendiendo sobre el titanio y sus propiedades que le volvían un candidato ideal para una prótesis. Y entonces, relató a Know The Glow, descubrió que nadie había creado un ojo de titanio, aún.

Así, armado con su ingenio y conocimientos de ingeniería, incorporó en su propia cabeza una linterna la cual llama “Lámpara craneal de titanio” y que tiene una autonomía de cerca de 20 horas sin calentarse.

“¡Es perfecto para leer en la oscuridad!”, comentó en su momento según lo citó Interesting Engineering. “La seguridad es primordial, con el tiempo llegaré a la máxima potencia”.

El experimento, que inició hace ya 3 años, es demostrado en sus redes sociales mediante varios videos en que prueba alternativas al diseño original del ojo biónico.

En una de sus publicaciones, muestra “una pequeña comparación entre mi prótesis de aspecto normal hecha por mi Ocularista, y una de mis prótesis de titanio incrustadas con LED que yo hice. En realidad sólo he usado mi prótesis normal tal vez un par de veces en los años después de hacer mis prótesis de titanio, por lo que fue un poco sorprendente recordar que de hecho puedo parecer “normal” a veces.