El científico galardonado con el Premio Nacional de Ciencias Exactas 2023, conversó con BiobioChile, donde explicó en qué consiste su trabajo con las matemáticas, el proyecto de su vida y entregó un mensaje a los jóvenes que quieren hacer carrera en la ciencia.

La semana pasada se conoció quién sería el científico galardonado este año con el Premio Nacional de Ciencias Exactas; en esta ocasión resultó ser Jaime San Martín, ingeniero civil matemático de la Universidad de Chile y doctor en estadística de la Universidad de Purdue (EE.UU).

El científico, que recibió el reconocimiento máximo de su área a nivel país, es experto en teoría de la probabilidad y también se especializa en cálculo estocástico, movimiento browniano, teoría de potenciales y distribuciones cuasiestacionarias, con aplicaciones en la astronomía.

En conversación con BiobioChile, comentó sus impresiones tras recibir el importante reconocimiento. “Todavía lo estoy procesando. Me he acordado mucho de mis profesores, de mi familia, de mi papá que falleció hace 12 años, de mis abuelos, me ha servido para pensar en mis amigos que ya partieron”.

Asimismo, se mostró agradecido por el cariño que ha recibido durante los últimos días. “De los lugares más recónditos del mundo he recibido felicitaciones y es súper rico eso, es muy gratificante“, agregó.

¿A qué se dedica Jaime San Martín?

Decir que es un matemático experto en teoría de la probabilidad no es suficiente para entender lo que hace Jaime San Martín. Como cualquier académico, se dedica a investigar, hacer docencia y desarrollar proyectos, que pueden ser de aplicaciones científicas o interés público.

En sus palabras, se dedica básicamente a los misterios del azar, “es decir, tratar de entender si es que hay algo dentro de las cosas que nos ocurren al azar, o no hay nada. No hay ninguna regla, no hay ningún comportamiento que uno pueda extraer de ahí, sino simplemente entregarse a decir: ‘bueno, no tengo cómo entender estos fenómenos"”, explica.

Pero para él, “incluso el azar tiene sus reglas”, dice. La clave estaría en los patrones y las probabilidades. “Si tú lanzas una moneda, cada resultado individual no es predecible, te van a salir caras y sellos de manera que uno no comprende mucho. Pero si lanzas muchas veces una misma moneda y cuentas cuántas caras te salen en mil lanzamientos, vas a ver que más o menos 500 son caras y más o menos 500 son sellos”, ejemplifica.

El matemático explica que cuando se repite muchas veces un experimento, incluso azaroso, hay ciertos comportamientos que aparecen “y eso es lo que uno estudia, qué cosas uno puede decir de este comportamiento azaroso, eso es en grandes rasgos lo que trata de estudiar las probabilidades y la estadística”, detalla.

La búsqueda de un gran supercomputador para Chile

Pero el trabajo de su vida, por así decirlo, radica en la lucha por el desarrollo de un nuevo supercomputador para Chile, un dispositivo de gran capacidad que podría realizar inmensos cálculos y que estaría a disposición de todos los científicos del país.

“Me interesé por cómo las matemáticas pueden ayudar a entender la astronomía y con la gran cantidad de datos que hay. Y en eso hemos estado los últimos, no sé, 12 años trabajando ahí con un grupo de astrónomos, varios de ellos muy jóvenes, de muchas instituciones, un grupo enorme de astrónomos profesionales, ingenieros, etc. que están desarrollando un gran producto que se llama “Alerce”“, comenta San Martín.

El proyecto Alerce, consiste en el desarrollo de un gran supercomputador que se instalaría en Chile, donde se podrían ejecutar cálculos matemáticos que implicarían millones de horas de cómputo. De hecho, en el país ya existen algunas unidades, pero el científico explica que no son suficientes para la demanda que hay, y que pronto los matemáticos en el país se quedarán “cortos”.

Esta iniciativa surgió hace exactamente 12 años, cuando San Martín y otros matemáticos del país impulsaron una disciplina que se conoce como “astro-informática” y que traería los primeros supercomputadores a Chile.

“Impulsamos la creación de un Laboratorio Nacional de Supercomputación que es un supercomputador, un computador grande que permite resolver problemas de gran tamaño. Ahí vimos que Chile necesitaba uno, porque había muchos investigadores e investigadoras a lo largo de todo el país que no tenían dónde correr sus programas, dónde correr sus grandes simulaciones“, expuso.

“Y estamos hablando de la gente que hace química cuántica, que hace bioinformática, que hace astroinformática, diseño de distintas índoles en la ingeniería, todos problemas grandes, problemas de transporte en Santiago, etc.”, añade.

El Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento (NLHPC) rindió frutos, de allí surgieron dos grandes unidades de supercomputación: Leftraru-Guacolda. Hoy en día con ellos trabajan más de 500 usuarios de 44 centros de investigación e universidades de todo el país. Desde Arica a Punta arenas, dice San Martín.

Pero este logro, no será suficiente para la gran demanda de datos y de investigaciones que hay en Chile. “Nuestras estimaciones son que en un par de años más vamos a necesitar una inversión importante, hoy en día todavía somos capaces de satisfacer la demanda si uno quisiera mencionarla más en términos económicos, pero nuestras estimaciones es que de aquí a dos años vamos a quedar cortos, vamos a estar muy cortos”, apuntó.

Jaime San Martín, el premiado matemático que lleva 12 años luchando por un supercomputador para Chile
Supercomputador Leftraru-Guacolda | Universidad de Chile

Las exigencias de un supercomputador más grande

De acuerdo con el científico, la unidad Leftraru estaría pronto a apagarse a casi una década desde que comenzó a funcionar. “Probablemente, el año que viene lo apagamos, porque ya está funcionando como 9, 10 años, y eso ya es mucho para un computador. Ni siquiera el computador personal lo hacemos durar 10 años”, explica.

Por otro lado, Guacolda continuará por unos años más, con una capacidad de 45 millones de horas, pero su sucesor, dice San Martín, tendría que ser unas 5 veces más potente.

Serían unas 250 millones de horas, más o menos. Y eso cuesta plata. O sea, cuesta, no sé, 5 millones de dólares hoy en día. Esa es la inversión que deberíamos hacer en los próximos 2, 3 años”, enfatizó.

Tener un dispositivo de esta envergadura en el país sería un gran aporte a la ciencia de datos porque tendría numerosas y muy útiles aplicaciones.

Entre ellas, destacar por ejemplo el desarrollo de fármacos, la creación de nuevos materiales, estudios del clima, del espacio e incluso para moderar el tráfico en las ciudades más grandes. Todo ello requiere inmensos cálculos y simulaciones que incluso implican menos gastos.

Un claro ejemplo es el desarrollo fármaco, puntualiza el experto, “en el pasado era un laboratorio donde mezclabas cosas y pum, si te funcionaba, funcionaba. Si no decías ‘chao, vuelvo a hacer otra cosa"”, señala.

“Ahora lo que hacen los químicos, es que tienen modelos sofisticados y prueban, prueban y prueban moléculas por miles de horas hasta que encuentran unas pocas moléculas que funcionan bien. O sea, de los millones de moléculas que podemos mirar, me quedé con 10, y estas las llevo al laboratorio y me ahorré cantidad de plata”, concluye.

El panorama de las matemáticas en Chile

El Premio Nacional, también se refirió al panorama actual de las matemáticas en Chile y la respuesta de las personas. “Yo creo que la matemática, a nivel profesional, está restringida a un círculo, a un grupo que la entiende”, dice.

Según su experiencia, las matemáticas tienen una desventaja en cuanto a otras ciencias, tanto en cómo explicarlas como en el interés del público. “Es muy difícil, de repente, explicar qué hacen las matemáticas. Otras ciencias como la astronomía o la biología, como que las entienden más rápido, ¿no es cierto? Porque simplemente miran el cielo en una noche y se maravillan y qué sé yo”, comenta.

“Entonces, hay una complicación un poquito extra con la matemática, de dar ese traspaso, pero uno puede explicar en palabras sencillas de qué se trata. La matemática se usa en cualquier lugar donde hay grandes cantidades de datos, donde hay que modelar algo que no es muy sencillo de modelar”, agrega.

Pero lo más importante para él, sería la educación mínima que reciben las personas sobre las matemáticas. Sin entender matemáticas, los humanos están en una “desventaja enorme”.

“Si tú quieres entender el mundo que nos rodea, si tú quieres evaluar ¿me conviene o no me conviene pagar esto en cuotas? ¿Qué es lo que puedo hacer? ¿Me están cobrando mucho por este préstamo? O simplemente para ser crítico de lo que uno recibe como noticias, por ejemplo. El pensamiento crítico y el pensamiento analítico se desarrollan de varias maneras, pero una de ellas es cuando haces matemáticas“, asegura.

“Y esa es una de las razones por las que enseñar matemáticas. Que te desarrolle tu mente más crítica, más analítica. Y eso es súper importante en un mundo donde hay tanta noticia, donde hay tanta información, que uno tiene que de alguna manera reaccionar frente a ella”.

Jaime San Martín y un mensaje a los más jóvenes

En la misma línea, el matemático entregó un mensaje a los jóvenes que hoy buscan hacer carrera en las matemáticas. Llamando a explotar sus talentos y a que las mujeres también se integren en esta área. Aunque para ello, advierte, hay que desarrollar cierta habilidad, el talento.

“Una vez que tienes eso y que tienes habilidades, todo el resto es trabajo. Todo el resto se puede superar con trabajo, eso está bien. Siempre, siempre uno puede superar sus límites. Si es que uno tiene el interés, si es que uno tiene la capacidad mínima, por supuesto. Y si uno le dedica suficiente tiempo”.

Además, destaca que es un área con mucha demanda por la falta de matemáticos especializados. “Vivir de las matemáticas es fácil, es muy fácil. O sea, hay tanta demanda en el mundo por matemáticos, por gente que se especializa en data. Porque faltan muchísimos matemáticos y matemáticas. O sea, en ese aspecto no hay que tener miedo”, asegura.

Asimismo, hace un llamado a las mujeres, “si les gustan las matemáticas, que sigan lo que les gusta. Ese es un mensaje. Y cada vez están más equilibradas estas carreras. Por supuesto nos falta muchísimo todavía. Necesitamos mucha más diversidad, también necesitamos diversidad en términos de los orígenes socioeconómicos. Porque el talento está en todas partes. No tiene por qué estar en ciertos lugares”, señala.

“Chile no puede seguir desperdiciando el talento que está desperdiciando día a día. Llevamos demasiados años de desperdicio de talento. Así que si les gusta algo, que lo hagan. Y que lo sigan. Y si es matemáticas, mucho mejor”, cierra.