Este año ha estado marcado por la pandemia del coronavirus. Y, si bien en un primer momento se hizo énfasis en una defensa más bien pasiva debido al completo desconocimiento del funcionamiento del virus, hoy ya es posible tomar medidas más proactivas, con tecnología que hace más efectivo este combate.

Pues, tal como explica el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) la mejor manera de prevenir la enfermedad es evitar la exposición a este virus.

Es así como se pasó del uso de mascarillas, lavado frecuente de manos y el distanciamiento físico -acciones que siguen siendo fundamentales-, se han sumado cuatro pilares para el autocuidado:

1) Sanitización en superficies críticas, y en sistemas y ductos de aire a través de luz ultra violeta de tipo C (UV-C), el principal agente sanitizador existente.

2) Detección temprana a través de análisis constante de datos clave como la temperatura corporal en individuos identificados con tecnologías de reconocimiento facial

3) Trazabilidad con equipos en red para saber quién, dónde, cuándo y cómo se expusieron al virus, además de cuántas personas afectadas estuvieron en espacios públicos que cuentan con esta tecnología

4) Sistemas integrados con protocolos ajustados a las realidades locales y tecnologías de alta eficiencia

En el caso de la sanitización, el uso de la luz UV-C destaca por su gran capacidad al evitar la propagación del coronavirus. No por nada, Nature, una de las principales revistas científicas a nivel mundial, publicó en junio un texto que asegura que este tipo de tecnología ayuda a desactivar los virus de este tipo que se transmiten por vía aérea si se hace de manera correcta y durante períodos adecuados.

Eso sí, este tipo de desinfección se debe hacer de manera segura, y sólo sobre superficies y objetos, pues los luz UV-C pueden ser incluso más peligrosos para los seres humanos que los rayos UV-A y UV-B, que tanto daño generan.

El doctor Edward A. Nardell, profesor de salud global y medicina social de la Escuela de medicina de Harvard es un entusiasta de su uso. “En el pasado nos ha costado ver implementada completamente esta tecnología altamente efectiva y segura contra las infecciones aerotransportadas”, dijo al New York Times y agregó: “Hemos hecho los estudios. Sabemos que funciona”.

Marcelo Agüero, ingeniero y director de Progresica, una pyme de ingeniería y seguridad industrial que importa equipos desde Corea y China para la contención del coronavirus, explica que esta tecnología desarrollada en 1878 es un gran aliado en la lucha contra la propagación del covid-19.

“Esta no es una tecnología nueva, pero hasta ahora su uso estaba restringido principalmente a hospitales, laboratorios de sangre, fábricas farmacéuticas, de alimentos, bebidas y otros. Pero hoy esto ha cambiado y el campo de acción se ha ampliado a la sanitización de áreas que necesitan sanitizacion efectiva y constante. Ese es por ejemplo el caso de países como China, Japón, Tailandia, India o la ciudad de Nueva York, donde se utiliza al terminar el recorrido la locomoción colectiva. Incluso su uso se ha extendido al hogar”, dice el ingeniero.

Esta expansión en el uso de UV-C se debe a que se los equipos tienen formatos más asequibles y fáciles de transportar. “Esto permite, por ejemplo, que se saniticen tanto superficies de uso comercial y habitacional, como lugares de alta afluencia de público, además de medios de transporte y también los implementos que deben ingresar a los mismos hogares”, explica Agüero, cuya pyme también cuenta con equipos y herramientas que cumplen con los criterios respecto a la trazabilidad, la detección temprana y el uso de sistemas integrados.