Red Hot Chili Peppers ofreció anoche la primera de dos presentaciones en Chile en el marco de su última gira internacional, la misma que trajo de vuelta al histórico guitarrista John Frusciante.

Red Hot Chili Peppers confirmó su arraigo en el país con una concisa pero efectiva primera presentación en Movistar Arena, en el marco de la gira internacional que apoya en vivo sus más recientes álbumes: “Unlimited Love” y “Return of the Dream Canteen”, ambos publicados en 2022 con el retornado John Frusciante, hoy convertido en el gran salvador y protagonista de la banda californiana.

El guitarrista, quien regresó al grupo en 2019 luego de dos bulladas salidas, es la espina dorsal del nuevo show del cuarteto, que regresará al recinto capitalino mañana martes 21 de noviembre para una segunda función.

Antes de la aparición de Anthony Kiedis, una ronda de improvisación de Frusciante junto a los históricos Flea y Chad Smith marcó el inicio de una presentación que comenzó con puntualidad draconiana, a las 9 en punto, con “Around the World”, “The Zephyr Song”, “Dani California” y “Aquatic Mouth Dance” como puntas de lanza.

Red Hot Chili Peppers en Chile (o cómo John Frusciante puede revivir una banda de rock)
Andrés Ibarra | Cedida

“Terrapin”, cover del fallecido Pink Floyd Syd Barrett (por poco el espejo trágico del mismo guitarrista), cambió radicalmente la atmósfera del Arena. Interpretada íntegramente por Frusciante y su icónica Gretsch White Falcon, la canción puso en relieve a la gran figura de la noche, por lejos el Chili Peppers más aplaudido en la noche santiaguina.

“Otherside” y “Soul to Squeeze”, dos clásicos del catálogo de RHCP, fueron coreadas y largamente aplaudidas -otra vez con el solista como motor-, pero también “Right on Time”, “Hard to Concentrate”, “Throw Away Your Television” y “Carry Me Home”.

La fiesta se desató, sin embargo, con “Suck My Kiss”, canción que hizo bailar a las más de 15 mil personas que repletaron y agotaron la Arena santiaguina (para el show de este martes, contractualmente, no hay tickets disponibles).

El tramo final del recital lo delineó “Californication”, “Black Summer” y “By the Way”, la última canción que se escuchó antes de su único retorno al escenario, que fue coronado con “Under the Bridge” y “Give It Away”.

Red Hot Chili Peppers en Chile (o cómo John Frusciante puede revivir una banda de rock)
Andrés Ibarra | Cedida

En total, una hora y cuarenta minutos de actividad prácticamente ininterrumpida. Una dosis intensiva de Red Hot Chili Peppers que si bien dosifica a cuentagotas sus hits canónicos (anteriores a la barrera del 1999), sí cristaliza la frecuencia actual de la icónica agrupación estadounidense: una celebración sin complejos del regreso de un hijo pródigo.

Hechos son hechos. Aunque las comparaciones siempre son odiosas, la visita del grupo opaca y definitivamente eclipsa su anterior estadía en Santiago, aquella que tuvo al hiperquinético y coreográfico Josh Klinghoffer intentando habitar -sin éxito y con demasiadas morisquetas mediante- el puesto de Frusciante en Lollapalooza 2018.